Ha
entrado el otoño de un modo espectacular, gracias a las lluvias de finales del
verano. No pasa todos los años, pero cuando pasa ¡qué bonito es!
Los
pinos están de un verde intenso, como si fuera primavera; el romero, que por
estas fechas suele dar pena verlo, está exuberante y lleno de flores que a
menudo se juntan con las del brezo, creando una sinfonía de colores increíble,
verde, rosa, azul, blanco… También el amarillo aparece en florecillas otoñales
que otros años escasean, pero que este salen por doquier.
Está ahora el monte para disfrutarlo, para admirarlo, para contemplarlo.
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