Decir
que nos están dando la vara de una manera absolutamente exagerada sobre el
asunto del cambio climático es una obviedad. Personalmente estoy hasta más
arriba de las narices del tema, pero mucho más arriba.
Y no
es porque no me preocupe y sus consecuencias me estén ya molestando
desde hace muchos años, aunque sólo sea porque las he visto y vivido en primera
persona. Cualquiera que me siga en el blog lo sabe. Es porque la manera como se
está afrontando me da grima y repelús.
Ante
un problema real y grave, como era de esperar se ha montado un circo ridículo y
un mercadillo de “espabilaos”, vamos un parque de atracciones. Y así, tengo
claro que no llegaremos a ningún sitio al que valga la pena llegar.
Veo,
entre otras, tres grandes mentiras que van a dificultar el llegar a verdaderas
soluciones. Intentaré ser breve.
La
primera es la incoherencia que supone centrar el cambio climático en las
emisiones de gases, sean cuales sean y de donde vengan. Y además, culpabilizar
al ciudadano de a pie del problema. Hay tecnología suficiente para reducir
drásticamente estas emisiones, y no es a “pocaropa” a quien hay que pedirle que
lo haga, aunque ha de hacer lo que esté en sus manos. Por otra parte la
deforestación, por incendios o talas masivas, y el abandono de los montes, en
esto en Valencia somos pioneros, también colabora activamente con el
calentamiento, y de esto último se habla poco o nada.
La
segunda es el lamentable papel que en toda esta historia, casi desde el
principio, está jugando el movimiento ecologista. Ya he dicho muchas veces que,
precisamente porque amo la naturaleza, no soy ecologista. Sus posturas a menudo
radicales, más ideológicas que científicas, han hecho ya mucho daño al medio
natural. Y siguen haciéndolo, bendecidas por la progresía urbanita que no tiene
ni “pajotera” idea de qué es la naturaleza, a la que utiliza solo para
divertirse los fines de semana o en las vacaciones.
La
tercera, muy reciente, pero muy irritante, es el circo Greta. Quisiera saber
quién está detrás del monumental montaje mediático que hay alrededor de esta,
permitidme la expresión, individua. ¿Qué ha dicho ella que no hayan dicho otros
muchos antes que ella? ¿Qué ha hecho ella que no hayan hecho otros muchos antes
que ella? ¿Montar numeritos en el instituto al que iba y dejar de estudiar?
Debe ser esta la diferencia. ¡Hasta estaba en la lista para los Nobel de la
Paz! ¡Seremos gilipollas! Y su familia, desde luego ya tiene abundantes huevos
de oro de la gallina ponedora que sin esperarlo engendraron ¡Manda huevos! y
perdonad la redundancia "huevil". Es que me da una vergüenza…
Porque
hay cosas que hacen que me sienta orgulloso de ser humano, pero otras, como
esto que está pasando con el clima y la forma en que lo están afrontando, consigue
que sienta vergüenza de pertenecer a la especie.
1987 |
2017 |
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