Revisando
papeles me he encontrado con un escrito, cuyo autor desconozco, titulado Jesús en
las ESO. Me acordaba de él, me gustó, y se me ha ocurrido actualizarlo un poco y
compartirlo en el blog. Es el siguiente.
Viendo
Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le
acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados
los pobres de espíritu,
porque
de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados
los mansos,
porque
ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados
los que lloran,
porque
ellos serán consolados.
Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque…
Entonces
Pedro le interrumpió y le dijo, ¿tenemos que saberlo de memoria?, y Andrés, ¿y
hemos de escribirlo? Santiago añadió ¿tenemos que examinarnos de esto? Un
momento después Felipe dijo, no tengo papiro; y Bartolomé ¿y te lo tenemos que
entregar hoy? Pero esto, ¿para qué sirve? dijo Judas. Y Juan acabó diciendo, ¿puedo
ir al servicio?
Entonces
uno de tantos fariseos presentes, que nunca había estado en un aula, ni ganas
que tenía, le pidió a Jesús la programación y, ante el asombro del ya desolado Maestro,
le habló en estos términos:
¿No
tienes programación? Mal andamos. ¿Conoces el contexto en el que hablas? ¿Tienes claros tus
objetivos? ¿Sabes las competencias que quieres desarrollar en tus discípulos?
¿Dominas los contenidos a impartir? ¿Los has agrupados en unidades didácticas?
¿Cómo las has organizado? ¿Qué metodología vas a utilizar? Recuerda que ha de
ser muy, muy cooperativa. ¿Con que recursos cuentas? ¿Qué actividades
complementarias vas a realizar? ¿Cómo vas a evaluarlos? ¿Qué criterios
utilizarás? ¿Y la transversalidad? ¿Qué? ¿Qué vas a hacer con ella? ¿Y la
inclusividad? Ojo con eso, ¡eh! ¿Y las competencias básicas? Y los de
necesidades educativas especiales, ¿qué? Y los que entienden mejor el latín que
el hebreo, ¿qué haces con ellos? ¿Y con los que sólo hablan griego? ¿No estás en ningún PIL, ni PAL, ni PEL, ni
POL, ni PUL? Y la innovación, ¿dónde está la innovación si lo único que haces
es soltar sermones como toda la vida? ¡Ah!, y la documentación para calidad ¿la
tienes a punto?...
Jesús dejó
de escuchar, respiró hondo, se le llenaron los ojos de lágrimas y, elevándolos
al cielo, pidió al Padre la jubilación anticipada.
Bromas
aparte, tiene al menos una honda verdad. Unos oyen pero no escuchan. Otros se pierden en
las formas. Nadie se entera de las bienaventuranzas.
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