Comparto
hoy otro poema del mes de mayo. Popularizado por Juan Manuel Serrat, es el
Romancillo de mayo, de Miguel Hernández, un hermoso canto a la primavera en su
mes más esplendoroso. Abril aún tiene zarpazos del invierno, y en junio enseña
los dientes el verano, pero mayo…, mayo es la plenitud de la primavera. Y esta
plenitud la recoge y la canta nuestro gran y entrañable poeta, Miguel.
Por
fin trajo el verde Mayo
correhuelas
y albahacas
a la
entrada de la aldea
y al
umbral de las ventanas.
Al
verlo venir se han puesto
cintas
de amor las guitarras,
celos
de amor las clavijas,
las
cuerdas lazos de rabia,
y
relinchan impacientes
por
salir de serenata.
En los
templados establos
donde
el amor huele a paja,
a
honrado estiércol y a leche,
hay un
estruendo de vacas
que se
enamoran a solas
y a
solas rumian y braman.
La
cabra cambia de pelo,
cambia
la oveja de lana,
cambia
de color el lobo
y de
raíces la grama.
Son
otras las intenciones
y son
otras las palabras
en la
frente y en la lengua
de la
juventud temprana.
Van
los asnos suspirando
reciamente
por las asnas.
Con
luna y aves, las noches
son
vidrio de puro claras;
las
tardes, de puro verdes,
de
puro azul, esmeraldas;
plata
pura, las auroras
parecen
de puro blancas
y las
mañanas son miel
de
puro y puro doradas.
Campea
Mayo amoroso;
que el
amor ronda majadas,
ronda
establos y pastores,
ronda
puertas, ronda camas,
ronda
mozas en el baile
y en
aire ronda faldas…
Es el
poema un lienzo en el que naturaleza y hombre se funden en una unidad gozosa e
indisoluble. La vida que brota en montes y campos, envuelve a la aldea
colmándola de belleza y abriéndola al amor como máxima expresión de esa vida,
como su definitiva justificación.
Vida,
belleza y amor, los tres grandes protagonistas de un poema que nunca cansa
leerlo, ni cantarlo. Pulsad a continuación si queréis oírselo a Juan Manuel
Serrat. Romancillo de mayo.
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