Se
veía venir. Demasiado bien, habían ido las cosas este verano. Hacia el mediodía, un violento incendio forestal se ha declarado en Bejís. Ha empezado cerca de
Arteas de arriba, aldea de este pueblo del alto Palancia. Una zona agreste y
muy bonita.
Y es que, como vengo diciendo, el monte está muy seco, por muy otoño que sea. Y abandonado. Y según me
ha comentado un amigo, a partir del uno de octubre, como todos los años, dan
permisos para hacer quemas agrícolas, posible origen del fuego.
Si es
así, es para destituir fulminantemente a toda la cadena de mando que permite
semejante barbaridad, llegando hasta lo más alto. Y aún en el caso de que el
origen de este fuego en concreto no sea ese, el hecho cierto es que sí se
permiten quemas agrícolas desde esa fecha. Y eso es una barbaridad tan extrema
que entra en el terreno del delito.
¿Qué
demuestra esto? Que las autoridades medioambientales que tenemos no se enteran,
y además les importa un bledo el monte, porque es de sentido común que, sea la
fecha que sea, mientras el monte no este húmedo no se deben permitir las quemas
agrícolas. Hasta una sepia podría entender esto.
¿Y
sabéis que pasará? Que pese a este incendio, no las prohibirán hasta nueva
orden, mañana mismo, ¡no! Así de imbéciles son.
Ojalá
me equivoque y me tenga que tragar estas palabras.
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