FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 2 de marzo de 2022

Es un continuo.


 

Se pueden hacer muchas reflexiones sobre lo que está pasando en Ucrania. El tema es tan complejo que permite ser analizado, con infinita tristeza y con miedo, desde muchas perspectivas diferentes.

Yo lo voy a hacer hoy desde una que habiéndola vivido en carne propia  a lo largo de mi vida, como casi todo el mundo, me resulta esclarecedora y me lleva a conclusiones importantes. Y prácticas.

Putin está en el extremo de un continuo cuyo otro extremo está en nuestros colegios, incluso en nuestras guarderías.

El chulo, el prepotente, el avasallador, ambicioso ya en la infancia, rabiosamente competitivo, establece una suerte de dominio a su alrededor utilizando lo que haga falta para mantenerse en su estatus que nunca es suficientemente satisfactorio para él.

Lo que ocurre es que en los centros educativos están los maestros y profesores que tratan, con mayor o menor eficacia, de controlar a estos individuos para que la sangre no llegue al río.

Más tarde, cuando entramos ya en el ámbito laboral ocurre lo mismo. Solemos llamar trepas a estos individuos que con tal de lograr el estatus deseado utilizan todo tipo de argucias y artimañas.

Y aquí no hay maestros o profesores. Aquí hay jefes que no siempre actúan poniendo a estos individuos en su sitio porque eso suele implicar tomar partido, y eso no es cómodo. Pero ocurre que la neutralidad, cuando hay un agresor y un agredido, supone apoyar al agresor, por lo que de hecho ya se ha tomado partido. 

Sigamos subiendo en este continuo.

Cuando individuos como estos llegan a puestos importantes en la sociedad, con influencia directa sobre millones de personas, siguen la misma táctica que en el colegio o en la empresa. Aislar, perseguir y eliminar a quienes les pueden hacer sombra. Primero personas concretas, después países enteros.

Y aquí aparece la siniestra figura de Putin.

Pero la acción, a escala muy diferente, es la misma. El niño acosador que siembra el miedo en aquellos que se le antojan enemigos o débiles. El trepa, que amarga la vida a quien le parece adversario, y crea conflictos dificultando y empobreciendo la empresa hasta alcanzar su objetivo. Y este señor, de nombre ya maldito para la historia, cuyo colegio, cuya empresa, es el mundo entero.

A esta actitud ante la vida, en los niveles más altos se le añaden otros, digamos condimentos. Cuestiones económicas, incapacidad de superar la historia, nacionalismos excluyentes, ideologías totalitarias y un sinfín más de basura que debidamente acicalada se utiliza como justificación.

He hablado al principio de conclusiones prácticas. Sí, prácticas. Solo el respeto a la dignidad del ser humano, el reconocimiento de lo sagrado de la vida, la justicia social, la educación en libertad y la cultura auténtica que es plural y no sabe de fronteras, pueden evitar la aparición en la historia de estos monstruos.

Muy difícil ¿verdad? Cuando pase esto, si podemos para entonces, deberíamos haber tomado buena nota de todo lo sucedido, empezando por cómo hemos llegado hasta aquí, porque esa sombra negra que ahora planea sobre el mundo planeaba antes, en menor escala, sobre España.

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