Comparto
esta foto de cielo azul porque me parece que vamos a tardar mucho en volver a
verlo. Si se cumplen las previsiones, puede estar cubierto, cuanto menos, hasta
el domingo 27.
En
este momento parece ser que las lluvias más intensas serían para la semana
próxima, y en lo que queda de esta será el viento lo que más moleste, aunque
seguirá lloviendo o lloviznando con períodos grises pero sin lluvia.
Es una
situación ciertamente rara, muy poco frecuente, sobre todo por su duración, a
la que no estamos acostumbrados por estas tierras.
Una verdadera
lástima por las fallas y la Magdalena que, tras dos años de pandemia, se
enfrentan ahora a la peor de las combinaciones posibles, viento y lluvia. Es
triste y da rabia, pero al igual que con el maldito virus, nada podemos hacer
como no sea ponerle al mal tiempo buena cara, literalmente, y montárnoslo lo
mejor posible dadas las circunstancias.
Y
vivir con la esperanza cierta de que llegará un año en que disfrutaremos de
unas fallas en un mundo en paz, libres por fin del virus, de sol espléndido, de
cielos azules, y entonces, entre música, tracas y flores nos vengaremos,
rabiosa, gozosamente, de estos tiempos duros que nos está tocando vivir.
Y
ahora, vivámoslos lo mejor posible.
¡Felices
fiestas!
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