Es
posible que parezca que he abandonado el blog. Desde que lo inicié, el 19 de
octubre de 2012, nunca había estado tanto tiempo sin publicar nada; pero no, no
lo he abandonado. Sólo me he tomado un
descaso ante el bloqueo que me produjo
la apabullante cantidad de temas sobre los que me gustaría escribir.
Escribir
y despotricar, dicho sea de paso, porque la verdad es que no entiendo nada de
nada, me siento como un pulpo en un garaje y estoy en esta sociedad como puede
estar una rana en la inmensidad del desierto, sin oasis cerca.
Por
eso, de momento silencio, silencio, la gente a la que quiero y me quiere, y
montañas solitarias, si es posible. Y punto. Lo demás, ahora, está de sobra.
Hasta
pronto.
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