Tras
el Concierto de Año Nuevo, el periodista que nos lo comentaba, Martín Llade, ha
leído un fragmento del discurso final de la película El gran dictador. Las
palabras de Chaplin tienen este 1 de enero de 2023 una actualidad inusitada.
Sean
estas las primeras palabras del blog este año.
Lo
siento.
Pero...
yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera
posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a
los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no
hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo
hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los
seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido.
La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio, nos ha
empujado hacia las miserias y las matanzas.
Hemos
progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El
maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento
nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado,
sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad. Más que
inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades, la vida será
violenta. Se perderá todo.
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