No ha
tardado el verano en dejarse ver. Aunque el astronómico aún no ha llegado, el
meteorológico, que empezó ayer, ha llegado puntual a la cita, no como el
invierno y la primavera que han pasado de largo.
Con
los montes en estado agónico empezaremos una semana de subida implacable de
temperaturas pasando de los 26 y 17 de mañana a las máximas de 30 y las mínimas
ya de 20 del miércoles en adelante. Bastante normal si no fuera porque nos
acercamos a los 300 días con tan solo 78 litros de lluvia.
Lo
único que ayuda un poco, de momento, es que el viento seguirá entrando de este
y sureste, pero algún día vendrá el poniente…
En
cuanto a lluvias, algunos partes hablan de tormentas el próximo sábado, pero
queda lejos y yo, sinceramente, en las fechas en que estamos ya he perdido la
esperanza de salvarnos del desastre medioambiental que va a provocar este
verano en nuestra tierra.
78 litros en 264 días.
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