Que
sí, que ha llovido, pero la verdad, al menos aquí nos ha dejado con la miel en
la boca. No han caído más que veintiocho litros, a falta de lo que acabe de
llover hoy, que será poco o nada. Con un
déficit de 350 litros, 28 es pura miseria. En otros sitios sí ha llovido
mucho más.
Pero
menos da una piedra, así que alegrémonos y veamos la parte positiva. Por poco
que sea ha venido muy bien, además no ha sido a lo bestia, no ha granizado y a
partir de mañana no entrarán ponientes, como parecía que iba a pasar. Seguirán
los levantes. Y aunque hará calor, las temperaturas no serán excesivas.
Cierto
que para muchas plantas y árboles estas lluvias han llegado tarde, ya se han
muerto; pero para los supervivientes es un balón de oxígeno, una oportunidad de
vida de cara al verano.
En
fin, todo esto es bueno.
Y
estos cuatro días grises, frescos y lluviosos han sido una auténtica delicia,
un regalo impagable. Un oasis en medio del desierto.
¡Fríos
polares! Aunque sea verano acordaos de vez en cuando de nosotros; sois la vida
porque nos traéis el agua. ¡Estamos aquí!
106 litros en 274 días.
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