Me he
ido un ratito a las afueras del pueblo a ver la salida de la luna, la hermosa luna de hoy. Hacía frío,
había silencio, un silencio roto por el rumor lejano de la vida que bulle un
poco más abajo. No he visto a nadie.
Aquí
están las fotos.
Recuerdo también los ecos secretos del silencio; la transparencia helada del vacío cristalino. Ese mundo se recoge en mí, más presente que el real, más vivo que la vida misma. Y me llena. Y me rodea. Y me protege.
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