Es muy
difícil ser más simple y más inculto, señor alcalde. Es difícil superar la
estupidez que supone poner en su belén una "niña Jesús" para luchar contra los estereotipos y acabar con los micromachismos y el heropatriarcado, dicen ustedes. ¿Sabe con estas
gilipolleces el daño que hacen a la lucha por la igualdad entre hombres y
mujeres? ¿Sabe usted que las mujeres, su dignidad y sus derechos, son algo
mucho más serio que la pantomima ridícula que va montar esta Navidad? ¿Sabe
usted que los argumentos que su teniente alcalde ha dado para defender la
ocurrencia son de un nivel cultural rayano con el analfabetismo?
Mire
usted, señor alcalde. El hecho de que Jesús fuera hombre no es ni machista ni
feminista, es un hecho histórico y punto. Y lo de que no sabemos qué era porque
llevaba pañal y no se veía lo que había debajo, una de las sandeces más grandes
que he oído en mi vida. Porque resulta que el Jesús del belén, es el Jesús de
la cruz, y ahí sí se vio muy claro qué había debajo, ya que los crucificaban
desnudos, y no creo que hubiera habido por medio un cambio de sexo.
Señor
alcalde, la cultura religiosa, que también es cultura, de usted y gran parte de
su corporación, es inexistente, por eso son ustedes tan atrevidos. El
atrevimiento de la ignorancia. Y lo honesto, cuando uno no sabe de qué habla,
es callarse y quedarse quietecito.
Si
quiere luchar por la igualdad de la mujer también en el ámbito religioso,
infórmese primero. Si lo hubiera hecho se hubiera dado cuenta de que la mujer,
en el Evangelio, no está al mismo nivel del hombre, está, si cabe, por encima. Es a una
mujer, María, a la que Dios le “pide permiso” para enviar, a través de ella, a su hijo al mundo, y
ella, desde su libertad le dice “hágase en mí según tu palabra”. Es una mujer la puerta de la salvación.
Después
Jesús, en su vida pública, escandalizó a la sociedad judía, fuertemente
machista, andando los caminos acompañado también por mujeres, cosa inaudita.
Jesús, varón judío, tuvo grandes amigas, entre ellas María Magdalena. Esto
también era inaudito. Al pie de la cruz había mujeres, los hombres huyeron casi
todos. Los primeros testigos de la resurrección fueron mujeres, no hombres. Y hay más, mucho más.
Y todo
esto está escrito en una sociedad tremendamente machista, donde la mujer
pintaba poco o nada. Figúrese, señor alcalde, la importancia que tuvo la mujer
en la vida de Jesús y en el origen mismo de la fe cristiana. Su corporación
municipal, desde luego, no hubiera respetado una realidad que estuviera en
contra de sus planteamientos. A la vista está. La iglesia sí lo hizo, y durante 2000 años. Y que a
lo largo de la historia, por la presión de la cultura en la que ha vivido, haya
distorsionado demasiadas veces esa presencia de la mujer, no desluce en absoluto la
grandeza que supone haber sido capaz de traer hasta hoy la integridad de ese
Evangelio que no es ni machista ni feminista; y que puestos a ser algo, según
los parámetros actuales, sería feminista.
Pero
Jesús fue un hombre. Jesús de Nazaret fue un hombre. Jesús, el Cristo, fue un
hombre. Y no me hable de Dios, que no es lo mismo. De Dios lo único que sabemos
es lo que Jesús nos dijo, y nos dijo que era amor. Lo demás son conjeturas
metafísicas, devaneos teológicos o películas de marcianos. Hablar del sexo de
Dios es una necedad sin pies ni cabeza, sin sentido.
Señor
alcalde, qué ridículo más grande. Yo en vez de poner en el portal semejante imbecilidad,
pondría una botella del buen vino que tienen en su tierra, y haría una Navidad
enológica y sobre todo laica, que debe ser, en el fondo, lo que ustedes quieren.
Sería
más honesto. Más serio. Daría menos risa. Y respetaría más a las mujeres.
Porque lo suyo es una estúpida falta de respeto no a la Iglesia, a la mujer y
sus derechos.
¡Ah! Y
otra cosita. Que gente capaz de aprobar en un pleno municipal semejante
estupidez haya obtenidos votos como para estar ahí, sinceramente, me produce
honda inquietud.
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