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Cervantes en el Quijote.

sábado, 25 de mayo de 2024

Urge regular el ciclismo de montaña.

Voy a volver sobre un tema al que he dedicado bastantes entradas en el blog. Es el de las bicis de montaña en los senderos. Y vuelvo porque parece ser que las autoridades están actuando imponiendo multas de 600 euros, 300 por pronto pago, a quienes ignoran la prohibición de circular con BTT por senderos en zonas protegidas.

Esto ha provocado la airada respuesta de los aficionados que se desgarran las vestiduras y claman contra esta prohibición con argumentos tan pueriles como falsos.

Llegados a este punto, si algún lector no quiere seguir leyendo que no lo haga. Uno es muy libre de empecinarse en lo suyo más allá de toda evidencia y todo razonamiento.

Los argumentos que más esgrimen son cuatro básicamente. Los expongo y los desmonto.

Somos ciclistas, no delincuentes. Falso. Uno puede ser ciclista y delincuente a la vez. No son términos que se excluyan. Además, si conociendo una norma legalmente establecida por ley, me la salto, estoy delinquiendo, y el que delinque es delincuente.

Todos tenemos derecho a disfrutar de la naturaleza. Cierto, pero sin degradarla con actividades o comportamientos insostenibles. Los senderos están trazados para andar, no para la circulación de vehículos. Las ruedas, sobre todo en las pendientes, rompen el suelo haciendo una zanja que la lluvia agranda. En unos pocos años el sendero se hace de difícil tránsito o impracticable.

Con las bicis mantenemos los senderos. Falso. Los mantienen e incluso los abren, pero en cuanto son frecuentados tienen una vida muy corta. Como arriba he dicho, en pocos años el sendero está destrozado.

También hay gente que ensucia y agrede a la naturaleza y no va en bici. Cierto, pero esto no es un argumento. Es una excusa pueril y hasta ridícula, más propia de los niños cuando en el cole les pillan haciendo lo que no deben. Dicen, yo solo no, fulanito también… Sin comentarios.

Las autoridades deberían seguir presionando para proteger los senderos que son un bien cultural y natural de todos, y a los que tienen derecho las generaciones venideras, y no solo los de las zonas protegidas, sino los de las que no gozan de protección especial.

En esto de las bicis de montaña pasará como pasó con la acampada libre, de la que yo disfruté en mi juventud. Hubo que prohibirla en todo el territorio nacional. Era insostenible. Me vi forzado a ir a campings que nunca me han gustado. Hablando en plata, me jodió mucho, pero lo entendí. Esto ha de pasar con las bicis de montaña. Urge regular su presencia en el entorno natural, y cuanto antes, mejor. No es de recibo que vayan por donde se les antoja.

¿Pero entonces por dónde podrían seguir circulando las BTT? Nunca en áreas protegidas. Tampoco en senderos catalogados como GR o PR. Solo por pistas forestales y caminos. Ahora bien, creo que se deberían habilitar ciertos senderos, para la práctica del ciclismo de montaña. Estos senderos deberían estar debidamente identificados como ciclosenderos y  tendrían que llevar siempre aparejado un presupuesto de mantenimiento y un  estudio previo del impacto medioambiental que tal actividad supondría para el entorno por el que discurren. En ellos, las bicis gozarían de absoluta prioridad. Y creo que correspondería a las administraciones locales o autonómicas establecer esta red de ciclosenderos y las partidas presupuestarias para su mantenimiento.

Es importante que se afronte este problema pronto y de un modo riguroso. Porque si indignados están los ciclistas por las multas, no menos lo está la gente que camina por el monte y que ama profundamente la naturaleza, ante el espectáculo lamentable de los destrozos que esta práctica deportiva está produciendo en senderos, en sus aledaños y en los parajes por los que transitan.

Y si la autoridad no actúa, plegándose a la presión de este colectivo, habrá quien actúe por su cuenta. Ya hay quien lo está haciendo. Piedras, troncos, clavos en los senderos, a veces con muy mala leche... No comparto para nada estos métodos, en ocasiones he retirado obstáculos puestos deliberadamente, pero entiendo el objetivo que buscan, y lo comparto.

Tomémonos esto en serio y pronto, para evitar males mayores tanto medioambientales como personales.


A continuación, algunas fotos de senderos rotos por las bicis. Se ve la característica zanja central que el agua, cuando llueve, agranda.













Y ahora algunas señales, tímidos intentos de la autoridad por controlar la situación, pero que son sistemáticamente ignorados, sobre todo los fines de semana, por cientos de ciclistas.









75 litros en 256 días.

1 comentario:

  1. En relación a tu escrito… coincido plenamente.

    Puedo reconocer las zonas que enseñas en las fotos por esas demoledoras huellas. Como tú, gusto de pasear por esos caminos y sendas. Me sienta bien. Me relajo, hago ejercicio y el pensamiento se ordena. Solo o en compañía, pero nunca formando grupos numerosos. También, de conocer y planificar rutas nuevas y de volver por ellas. Esos caminos que conectan pueblos, collados, picos, barrancos y de esos almuerzos y comidas deliciosas con los amigos.

    Es fácil encontrarse por ellos, diferentes especies con sus uniformes según actividad, compitiendo por el mismo espacio y con mayor o menor incidencia en el entorno. Partiendo de que cualquier actividad humana puede ser ambientalmente perjudicial, la cosa es equilibrar el disfrute personal con el respeto y ajuste a las normas.

    Hemos heredado un entorno tan privilegiado como amenazado y estas líneas las dedico tanto al personal que lo aborda desde ese egocentrismo tan característico de esta época, como al desamparo institucional que sufre.

    Conocimiento, educación, respeto, pasárselo bien y cumplimiento de las normas, son un buen punto de partida pero cada vez más collas desaprensivas contribuyen muy mucho a que esas sendas que conectan tan maravillosos lugares vayan desapareciendo; convirtiéndose en nada y deteriorándose para convertirse en terrenos rotos donde antes hubo caminos, donde andar o la repoblación natural ya es imposible.

    Eso que comentas en el blog se ve demasiado a menudo. Lo que empieza como marcas de ruedas por los senderos, termina por las repetidas embestidas y bajadas sin control de toda la colla ciclista, frenazos y derrapes incluidos, en torrenteras por la acción del agua. Trialeras, es el eufemismo que usan. Así se destrozan en meses vías de comunicaciones centenarias.

    Por otra parte, parece que no somos los únicos a los que les preocupa esto. Por algunos caminos van apareciendo señales, recalcando la importancia de que las bicicletas se limiten a ir por las pistas forestales. Igual hay esperanza para que actúen tanto el personal como los diferentes organismos. Y es que puede que haya sitio para todos, pero es que las sendas son para andar y si puede ser, sin salirse de los senderos y además, guardándose cada uno la basura que genere. Pañuelos, sobres energéticos, restos desechados.. es fácil encontrar, 23 conté en una salida de 4 horas y la mente se me va enfurecida, al autor o autora de ese gesto fácil e indolente, que los tira después de usarlos.

    Así que por favor, bicis sí, pero fuera de los senderos y el personal también, pero dentro y sin salirse de ellos, sin atajos que los destrocen. Y cada uno con su basura

    Seguramente, dentro de poco ya no habrá que comentar estas cosas. Posiblemente, tanto el personal como las instituciones se conciencien o lo más probable que la degradación se vea culminada con algún incendio que otro. Lo de las medidas para prevenir esto daría para otro artículo.

    Por acabar haciendo alguna propuesta, estaría bien que la gestión ambiental del partido de turno tuviera a bien emprender alguna iniciativa compartida que perdurara a la legislatura, ya que la nada no es una política adecuada para prevenir nada. Igual, el personal pudiera estar bajo el amparo de la federación de turno y que éstas junto con los ayuntamientos colaboraran en la conservación de nuestro patrimonio, restaurando pistas, antiguos senderos en lugar de destrozarlos, concienciando también sobre su adecuado uso. Y ya por pedir, estaría bien que la dirección de cada parque natural despertara de esa eterna siesta de la que parece disfrutar.

    El perro de la legión invencible

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