¿Veis las muletas, verdad? ¿Y si ha perdido dos meses? Le vendría bien septiembre. Pero no, julio y que se jorobe. |
¿Está usted tranquilita Señora “Consellera”? ¿Ha
dormido bien? Porque “alea jacta est”, la suerte está echada. El día 15 tendrá
en su Itaca las notas finales del curso 2013-2014. Ha dado un pasito
más, bastante efectivo, dicho sea de paso, en el desmoronamiento del sistema
educativo.
Con decisiones como la de pasar los exámenes de
septiembre a julio, tan “sabias y sesudas”, se avanza mucho en esta “importante”
tarea de demolición.
Ha conseguido llegar a la contradicción en estado puro, y ya es difícil conseguir tan redonda y perfecta contradicción como usted ha conseguido. Y además una doble contradicción.
Primera. Cuando es el dominio público que en
educación estamos a la cola de Europa, esta decisión fuerza a un nuevo descenso
del nivel de exigencia, porque, mire usted, para nosotros los profesores, los
alumnos son personas, no números. Por esto muchos claustros se han visto
forzados a bajar más aún el nivel de
exigencia en las notas finales para evitar un incremento brutal del número de
repeticiones con las consecuencias que esto tendría para los centros y sobre
todo para los alumnos. Porque precisamente los alumnos con más problemas y con
más necesidad de integración eran las primeras víctimas del invento. Sí, un
pasito más hacia el abismo. Yo llevo más de treinta años en educación y he
visto y sufrido este deterioro con mis propios ojos. Mis alumnos de 8º de EGB
(actual 2º de ESO), por ejemplo, tenían un examen final escrito de lengua y
literatura española de 2 horas largas, en el que hacían comentarios de texto de
dos o tres folios, analizaban sintácticamente oraciones compuestas coordinadas
y subordinadas y respondían a preguntas de historia de la literatura. Luego
tenían un examen oral de más de 130 autores españoles y extranjeros en el que
se les preguntaba por su biografía, pensamiento y obras. Además leíamos en clase
libros serios, clásicos de toda la vida. Hoy, todo esto, ni en Bachillerato.
¿Lo ve? A mi me da miedo verlo.
Segunda. Me resulta sorprendente ver cómo se
les llena la boca hablando de integración, inclusión, atención a la
diversidad…y toman una medida que va exactamente en el sentido opuesto. Cuando
todo el mundo se lía a construir rampas en aceras y escaleras, a poner ascensores, a
instalar paneles en braille…, cosas todas estas justas y necesarias para favorecer
la integración y normalización de aquellas personas con limitaciones físicas, ustedes les privan a los alumnos con limitaciones, quizá
no tan visibles y de las que casi nunca tienen la culpa, (y aunque la tuvieran),
de una de las cosas que más necesitan, un poco más de tiempo, dos mesecitos en
vez de quince días como les han dado, para conseguir no quedarse descolgados.
¿Sabe que son adolescentes? ¿Sabe lo que significan los amigos para ellos?
¿Sabe de los riesgos de la repetición a estas edades? ¿No dicen que quieren la integración?
¿Por qué les ponen una zancadilla a los que más necesitan esta integración y en
más alto riesgo están de perderla?
La situación actual es el resultado de decisiones
como éstas que sus antecesores, independientemente del signo político, han ido
tomando. Es lamentable que en desmontar el sistema educativo hayan estado
siempre, en la práctica, de acuerdo.
No. No hay derecho. Pero ya está hecho. Bonito
pareado: no hay derecho pero ya está hecho. Un paso más hacia el abismo. Pero
duerma tranquila y váyase de vacaciones en paz. Que aquí no pasa nada. Nadie ha
chistado. ¿No le digo que en eso de reventar el sistema educativo siempre han
estado de acuerdo?
Ahora, sí le pediría que si en algún momento de paz
vacacional piensa en estas cosas, cayera en la cuenta de un detalle. Si el
objetivo de todo esto, porque no veo otro, era joder a los profesores ¡jódannos!
que creatividad para ello no les falta, pero dejen en paz a los chavales.
Que tenga buen verano.
P.D.
Y si el objetivo al tomar decisiones como ésta no era
reventar el sistema, aunque es lo que parece, es que por esas altas esferas hay
demasiado listillo que no se entera. Demasiados de esos “trepillas” que son tan
peligrosos. Igual, después de todo, usted no es más que una mandada. Pero si fuera así y no controla el gallinero, dimita. No sé. No
entiendo.
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