Ayuntamiento de Ribarroja. Valencia. |
Ha
sido un consuelo ver hoy en la plaza de Cataluña al Rey junto a Rajoy y
Puigdemont. Todo un símbolo de lo que tantos querríamos que fuera lo habitual,
lo cotidiano. Pero no, ha hecho falta una tragedia para que lo que debería ser
y no es, sea, aunque sea por unos momentos.
El
dolor hondo provocado por la barbarie parece que nos acerca los unos a los
otros. La defensa de la vida y la libertad parece que nos une. El miedo que
sentimos y que ahuyentamos gritando juntos “no tenim por” nos iguala en nuestra
indefensión ante el terror, indefensión de la que, más o menos, cada vez somos
más conscientes.
Los
minutos de silencio, los aplausos, la ausencia de banderas, las flores y las
velas en el suelo, las lágrimas de muchos, la gente donando sangre en los hospitales…
Es la luz que brilla en la oscuridad.
Hay además en estos momentos una conciencia colectiva muy viva de que es mucho más lo que
nos une que lo que nos separa y de que queramos o no, solo juntos podemos hacer
frente al mal, a esa oscuridad de otros tiempos que está aquí y ahora, y que nos golpea con insistencia.
Hoy aquí, mañana allá…
Esa
luz y esa conciencia nos indican el camino, el único camino posible que puede
llevarnos a un futuro en paz. ¡Ojalá no quede todo en el impacto emocional y en
monumentos “in memoriam”! ¡Ojalá la sangre de todos estos hombres, mujeres y
niños nos una y nos haga fuertes en la defensa de la vida y la libertad!
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