BARCELONA
Ahora es momento de silencio y unidad.
De no olvidar que la vida y la libertad son sagradas.
Y de oración.
De no olvidar que la vida y la libertad son sagradas.
Y de oración.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis
enemigos;
me unges la cabeza
con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi
vida,
y habitaré en la casa
del Señor
por años sin término.
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