Quiero
hacer tres cositas pasado el primer impacto de la noticia de que los alumnos
del centro educativo Asunción de Nuestra Señora de Ribarroja del Turia, centro
concertado, han obtenido la nota más alta en la selectividad, de todos los
institutos de la Comunidad Valenciana, en un año en que además parece ser que ésta ha sido particularmente difícil.
La
primera, dar la enhorabuena a los alumnos. La segunda, dar también la
enhorabuena a toda la comunidad educativa y de un modo especial a los
profesores que los han preparado directamente, y al equipo directivo. Y la
tercera, compartir una pequeña reflexión que muchas veces he hecho y que a la
luz de los afortunados acontecimientos cobra un especial significado.
Es
la siguiente. Siempre he pensado que la verdadera excelencia de un centro
educativo está en que todos sus miembros deseen, más que ser los mejores
profesores del centro, ser profesores del mejor centro. Y ahora todos ellos,
compañeros míos ya por poco, pueden decirlo bien alto; son profesores del mejor
centro según una prueba objetiva y externa. Y ese sí es un verdadero motivo de
orgullo.
Porque
su trabajo no les hace brillar tanto a ellos como al equipo del que forman
parte. Y el brillo de este equipo revierte centuplicado en ellos más allá de
todo personalismo, vanidad y ansia de hacerse notar. Y eso es la excelencia. Y
además también sé que todos tienen claro que esta excelencia alcanzada es
académica, y por brillante que sea no es la única ni la más importante.
Poco
tiempo me queda a mí de trabajar con tan dignísimos compañeros ya que, como he
dicho, es este el año de mi jubilación. Y justamente este año, el cole al que he
dedicado toda mi vida profesional y parte de la otra, llega en lo académico a
lo más alto. Y no es la primera vez. Y sé también que sigue peleando por otras excelencias.
Eso me alegra.
En
fin, a pasar muy buen verano todos. Alumnos, profes, familias. La comunidad
educativa entera.
¡¡¡¡¡Enhorabuena!!!!!
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