Sé que
este verano me voy a enfadar mucho, vaya donde vaya, por el lamentable
espectáculo que las bicicletas de montaña nos están dando ante la indiferencia
de las autoridades; autoridades a las que, por cierto, se les llena la boca cuando hablan de
sostenibilidad y medio ambiente.
El
tema es claro. Los senderos son para andar, no para vehículos. Los vehículos,
aunque no lleven motor, deben quedarse en pistas y caminos. Y no hay más que
hablar. De hecho, en muchos sitios está prohibido pero la prohibición se la pasan por el forro.
Un
sendero se mantiene y reafirma con el paso de caminantes. Se destruye si pasan
ruedas. La rueda hace zanja, sobre todo en los descensos, el agua amplía la
zanja que las ruedas siguen ahondando. En un par de años, ni las bicis pueden
pasar, pues los pedales tocan los bordes. Entonces amplían el trazado al lado
mismo. Poco a poco, lo que era un sendero, a veces centenario, es una trocha
intransitable para todos, bicis y caminantes. Queda la pobre senda abandonada y
descarnada, y el agua sigue su trabajo, (ella es inocente) convirtiendo lo que
fue un bonito senderito en una barranca, facilitando además la erosión.
No me
invento nada. Lo veo cada día que salgo. Y todos tan contentos. El cuerpo me
pide cruzar troncos y poner obstáculos en los senderos, pero sé que no es el camino, aunque me apetezca hacerlo. No lo hago, no lo haré y me parecería mal que alguien lo hiciera. Porque además, sería posible
que el pobre desgraciado que se reventara contra uno de esos obstáculos, no tuviera la más mínima
conciencia de que está haciendo algo muy mal hecho. Y es que la conciencia medioambiental del personal, aunque
no lo parezca, es mínima. Y lo de "mientras yo me divierta ahora quien venga
atrás que se joda", es lo normal. Aunque quien venga atrás sea tu propio hijo.
En
fin, a la vista está que este asunto me calienta, y mucho. Como en otros casos
no puedo hacer más que escribir, y eso me desahoga un poco.
También
me desahoga compartir unas cuantas fotos de senderos que conocí antes de que
estos malditos artilugios entraran a saco en los montes. Mirad cómo están
ahora. ¡Y hablan de sostenibilidad!
Este senderito están empezando a deteriorarlo. Se ve la zanja incipiente. |
En este otro ya es mas honda. |
Como en este. |
Y en este. |
En este el daño ya es mayor. |
Y este ya está perdido, pero aún pasan por la derecha aumentando el daño. |
En todos los siguientes el daño también es muy acusado.
Y si pueden, y el sendero ya no es practicable, van ampliando el daño por los lados hasta dejar esto.
De esto también las motos son responsables, pero sobre todo las bicicletas pues son muchas más. |
Es evidente el daño, ¿verdad? Pero ¿a quién le importa? ¿A quién le importa? Por mucho que hablen de sostenibilidad, ¿a quién le importa? |
No hay comentarios:
Publicar un comentario