FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 29 de mayo de 2023

Reflexión el día después.

Estos días vamos a oír de todo. Análisis teóricamente sesudos, proclamas incendiarias al estilo de no pasarán, insultos más o menos velados, peregrinas justificaciones…, algarabía más emocional que racional.

También habrá palabras honestas y respetuosas, quizá las menos, pero también las habrá, y por ambos bandos, triste palabra esta que no puedo evitar. Intentaré que mis palabras estén en esta línea.

Quiero decir dos cosas que me parecen muy, muy importantes en estos momentos. La primera es muy breve. En una democracia es esencial respetar la voluntad del pueblo manifestada en las urnas, y tachar de “España negra” como he leído, a los millones de personas que con su voto han dibujado un nuevo mapa político, me parece una irresponsabilidad y sobre todo una inaceptable falta de respeto. Y desde luego, supone no tener ni idea de qué es la democracia.

La segunda me va a ocupar algo más de tiempo. No es la primera vez que digo que identificar a lo que llaman izquierda con los progresistas, y por lo tanto con el progreso, es una falsedad, una falacia, sobre todo porque si ya no tenemos muy claro hoy qué es eso de las derechas e izquierdas, mucho menos claro está qué es eso del progreso; simplemente suena bien al oído, pero nada más. Y por eso lo utilizan los medios de comunicación afines al régimen sin rebozo alguno; pura manipulación.

Porque si progreso es arruinar el sistema educativo haciendo cada vez más difícil la labor de los docentes, bajando el nivel hasta límites inconcebibles y abocando a los alumnos a un choque con la realidad para el que el sistema no les prepara, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es tener abandonadas cientos de miles de hectáreas de montes y bosques, no hacer nada por mantenerlas en condiciones, y aparecer luego, cuando hay un incendio, con cara de circunstancias culpando al cambio climático del desastre, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es que para hacer una radiografía y recetar  unos analgésicos en urgencias de un hospital, he pasado con mi mujer 8 horas y 20 minutos, y ¡ojo! no culpo a los médicos cuyo trato fue exquisito, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es que me digan cómo tengo que hablar, desoyendo las advertencias de la Real Academia, y además en qué lengua debo hacerlo, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es seguir hurgando de un modo selectivo en el pasado con el objeto de mantener abiertas viejas heridas que la inmensa mayoría ha superado o desea superar, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es radicalizar el feminismo hasta el punto de hacerlo una caricatura grotesca con el perjuicio que ello conlleva para la justa lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es utilizar como herramienta política, convirtiendo en circo mediático, cuestiones tan serias y dolorosas como la violencia contra la mujer, el suicidio infantil y juvenil o el acoso escolar, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es imponer a los niños y adolescentes una particular y sesgada visión de la sexualidad, interfiriendo en los procesos normales de su desarrollo que necesitan su tiempo y el respeto del entorno para llegar a buen puerto, no me apunto yo a ese progreso.

Si progreso es gobernar España apoyándose en quienes no quieren formar parte de España pagando para ello un precio incalculable y abocando al país a un futuro incierto, no quiero formar parte de ese progreso.

Si progreso es la política de no es no, cerrando sistemáticamente cualquier posible acuerdo o consenso con los que no piensan como yo, sin medir las consecuencias de semejante actitud, no me apunto yo a ese progreso.

Y aún habría muchos más asuntos a considerar, pero como muestra creo que es suficiente.

No, señor Sánchez, no. Me parece que mucha gente se ha dado cuenta. Su progreso no es progreso; no sé qué es, pero progreso no. Tampoco es socialismo, al menos no el socialismo que necesita España. Lo suyo, la verdad, no sé qué diablos es.

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