FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Encuentro con un cazador.


 

Me dio pena un encuentro que tuvimos un amigo y yo hace unos días en el monte. Íbamos por un sendero entre campos y colinas cubiertas de pinos, muchos muertos por la sequía, cuando nos cruzamos con un cazador.

Los 65 ya los había cumplido seguro. Llevaba su perro, la canana con cartuchos a la cintura y la escopeta al hombro. La ropa, discreta, no de camuflaje.

Tras un amable saludo por ambas partes nos aclaró que iba solo, apresurándose a decirnos que no nos preocupáramos, que él solo disparaba cuando tenía la seguridad de que no había nadie a quien pudiera alcanzar.

Cuando veía u oía caminantes, ciclistas o motos, esperaba a que se fueran. Vengo a disfrutar del monte, no a causar ningún disgusto ni desgracia. Está bonito ¿verdad? Lástima tanto pino muerto, decía.

Pronto me di cuenta de que estaba disculpándose desde el primer momento; se disculpaba de estar cazando en los montes de su pueblo, como habría hecho toda su vida, como habrían hecho su padre y su abuelo y su bisabuelo.

Nosotros redoblamos la amabilidad intentando darle a entender que nada de malo veíamos en lo que estaba haciendo. Pero el siguió con sus disculpas que coronó, cuando ya nos íbamos, diciendo mientras se señalaba la canana, veis, aún están todos, y todos volverán a casa.

Sí, me dio pena y rabia. Porque da pena y rabia comprobar cómo el totalitarismo ideológico, de momento solo ideológico, que lleva años infectando la sociedad, la estupidez de lo políticamente correcto, está arrasándolo todo sin que nos demos cuenta, excluyendo lo que a los ideólogos oficiales del régimen les parece que hay que excluir según sus criterios y sus valores, cuanto menos discutibles.

Y la caza está en su punto de mira, cuando es una actividad que convenientemente regulada, como está, no solo no es negativa, sino que es necesaria para mantener el equilibrio ecológico de nuestros montes. Y no hace ningún daño.

Hacen mucho más daño las motos por los montes y las ramblas, o los ciclistas en los senderos, que los cazadores que, además cuidan el monte como nadie, porque les gusta y porque un monte limpio y con buenos accesos les permite desarrollar su afición.

Pero no. Las motos haciendo ruido y rompiendo el suelo, o las bicis reventando los senderos, no solo no se disculpan, sino que se creen con el derecho de hacerlo, incluso en zonas protegidas a las que tienen expresamente prohibido, acceder.

Y este pobre hombre, no sabía cómo justificar ante unos desconocidos su paseíto por el monte, con la escopeta al hombro y la esperanza de llevarse un conejo o una perdiz a casa.

¡Qué pena y cuánta imbecilidad e incoherencia!

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