FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 23 de noviembre de 2025

Legislar sobre prejuicios.


Una de las consecuencias de legislar sobre prejuicios y no sobre un análisis serio y objetivo de la realidad es la injusticia.

Sí, ya sé que estas palabras sirven para todo, y para todos, por lo que en principio no significan nada. Pero voy a concretarlas compartiendo un testimonio que me contó hace nada un amigo. Y no es el único de este estilo que me han contado.

En un pueblecito de Teruel una señora regenta un bar. Todos sabemos que en estos pueblos entre semana, en hostelería, no se comen una rosca, pero en vacaciones, fiestas y fines de semana no dan abasto.

Encontrar personal mínimamente cualificado que refuerce la plantilla en esas fechas y contratarlo según ley, no es nada fácil. Y eso lo sabemos todos. Todos he dicho.

Bien, la señora en cuestión, vieja conocida de mi amigo, acabó desahogándose con ellos hasta el llanto, contándoles el calvario que este verano había sufrido con dos jovencitos que había contratado.

Un escaqueo continuo y la falta de respeto a los clientes era lo habitual, hasta el punto, por ejemplo, de que al gesto de llamarles con la mano, respondían con un saludo “muy gracioso”, también con la mano, para seguir a lo suyo.

Me hirvió la sangre cuando me contaron lo del saludito. Lo que me pedía el cuerpo, si yo hubiera sido la señora, es soltarles un sopapo delante de todos y ponerlos de patitas en la calle.

Pero ellos, igual que nosotros, saben que la ley les protege. Sí, a los sinvergüenzas, y no a la pobre mujer que trabaja duro para llevar su negocio, nada fácil, adelante.

Es la mentira de que el empresario, por humilde que sea la empresa, es siempre malo y el asalariado siempre bueno. Uno es verdugo por naturaleza y el otro, víctima. Uno ha de demostrar su inocencia, pues no goza de tal presunción; el otro es inocente mientras no se demuestre lo contrario, cosa nada fácil.

Y la realidad es que el ser mala persona, un sinvergüenza, un marullero, un caradura, un vago, es algo que afecta por igual a todos, sean empresarios o trabajadores. Y por eso  siempre hay que analizar la realidad y obrar en consecuencia.

Que esta señora de la que hablo pudiera quitarse de encima a estos sinvergüenzas sin gasto ni dificultad alguna sería lo justo. Incluso debería tener derecho a indemnización. Pienso yo.

Pero en fin, es lo que tenemos. 

 

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