Viendo
cómo están tirando de los jóvenes unos y otros, viendo el ejemplo que los
adultos les estamos dando, viendo el mundo que les estamos dejando y el futuro
que les estamos preparando, os invito a leer este poema de Mario Benedetti
¿Qué les queda por probar a
los jóvenes
en este mundo de paciencia y
asco?
¿Sólo grafitti? ¿rock?
¿escepticismo?
También les queda no decir
amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con
memoria
situarse en una historia que
es la suya
no convertirse en viejos
prematuros.
¿Qué les queda por probar a
los jóvenes
en este mundo de rutina y
ruina?
¿Cocaína? ¿cerveza? ¿barras
bravas?
Les queda respirar / abrir los
ojos
descubrir las raíces del
horror
inventar paz así sea a
ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los
relámpagos
y con el sentimiento y con la
muerte
esa loca de atar y desatar.
¿Qué les queda por probar a
los jóvenes
en este mundo de consumo y
humo?
¿Vértigo? ¿asaltos?
¿discotecas?
También les queda discutir con
Dios
tanto si existe como si no
existe
tender manos que ayudan /
abrir puertas
entre el corazón propio y el
ajeno /
sobre todo les queda hacer
futuro
a pesar de los ruines del
pasado
y los sabios granujas del
presente.
Y ese
hacer futuro se lo estamos quitando, porque a base de manipularlos desde muy
niños en nombre de supuestas superioridades morales que esconden rencores y
odios sin raíces reales, les estamos abocando a los mismos errores y la misma
miseria que cercenaron, no hace tanto, el futuro de millones como ellos.
Por
eso hay que apoyarlos y defenderlos cuando:
-No
digan que sí sin más al líder de turno. Al político, al “influencer,” al matón,
al triunfador.
-Cuando
hablen, dialoguen, sin gritos y con respeto. Sin prejuicios ni “eslogans” que
se hacen verdad a fuerza de repetirlos.
-Cuando
sueñen un futuro mejor, aunque no se vea por ninguna parte y les llamen ilusos.
-Cuando
asuman la historia sin rencores ni reproches al descubrir que no es cuestión de
buenos y malos sin más, aunque haya habido malos muy malos.
-Cuando
asombrados descubran las raíces del horror tan cerca de sus vidas; incluso en
ellos mismos.
-Cuando
siembren semillas de paz y sean capaces de responder al mal con el bien, única
forma de vencerlo.
-Cuando
descubran la naturaleza, la amen y la defiendan. Cuando descubran en ella un
maravilloso lugar de encuentros.
-Cuando
la muerte les golpee de cualquiera de las mil formas en que puede hacerlo.
-Cuando
miren más allá y atisben en medio de su noche la luz de Dios, y le hablen, le
interpelen, le pregunten gritando por qué.
Sí,
por eso hay que apoyarlos cuando salgan de las mil trampas en que pueden caer.
Por el futuro al que tienen derecho. Su futuro. Porque les queda probar la vida. Les queda una vida por VIVIR.

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