FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Ignorancia, prejuicios, resentimiento.

¿La rompemos? Como es religiosa. Un bloque de mármol es neutro.

Llevo días sin encontrar un momento para sentarme a escribir, y hoy que lo he encontrado voy a hacerlo a propósito de una noticia de poca trascendencia aparente pero muy significativa.

El Gobierno autonómico de Castilla-La Mancha ha decidido quitar las palabras Navidad y Pascua en el calendario escolar del año que viene por tener connotaciones religiosas, y poner en su lugar descanso trimestral o algo así que resulta, según ellos, más neutro.

Sinceramente, estoy hasta las mismísimas narices, y más allá, de tanta estupidez fruto de la ignorancia y los prejuicios. Hay que ser muy mentecato y superficial para decidir estas majaderías. Majaderías que están provocando el efecto contrario al deseado y deseable, dando fuerza a posturas contrarias, tan mentecatas y superficiales como las primeras.

Resultado final: radicalización, división y enfrentamiento. No hay más que ver lo que está pasando.

Un ignorante con prejuicios y con poder es letal para una sociedad. Y de estos, hace tiempo, tenemos muchos.

Veamos. La cultura occidental, la nuestra, no se entiende, mal que le pese a quien le pese, sin el cristianismo. Grecia, Roma y el cristianismo han hecho de nosotros lo que somos hasta el punto de que la tan cacareada Declaración Universal de Derechos Humanos está directamente inspirada en la ética cristiana.

Y no solo esto, faltaba más, la arquitectura, la pintura, la escultura, la música, la literatura, la filosofía y el lenguaje están profundamente impregnados de cristianismo. También la gastronomía, la topografía, las costumbres y muchos más aspectos de nuestra vida cotidiana. El cómputo del tiempo por ejemplo; estamos acabando el año 2025 después de Cristo. Y toda nuestra historia.

El problema que tienen estos señores es, aparte de la ignorancia y los prejuicios, un resentimiento patológico hacia todo lo religioso que les impide ver esta realidad. Y lo más importante, distinguir entre religión y fe.

La religión, en concreto el cristianismo, es un elemento clave de nuestra cultura y nuestra historia. Eliminarla es una forma de harakiri cultural. Privar a las nuevas generaciones de un conocimiento completo de la religión es hacerlos ignorantes, incultos, con todo lo que eso significa. No olvidemos que la cultura es libertad y proporciona felicidad y espíritu crítico.

Otra cosa es la fe. La fe es ante todo creer que Jesús es el Hijo de Dios, que murió y resucitó, y que por eso mismo puedo establecer con Él una relación personal que orienta y da sentido a mi vida.

Una catedral, la capilla Sixtina, la Piedad, el Requiem de Mozart, los poemas de Santa Teresa, la filosofía de Kant, y muchísimas palabras y expresiones de nuestra lengua, como Navidad y Pascua o adiós, son “elementos” religiosos que conforman junto a otros, nuestra cultura. Y no hablemos de los potajes de cuaresma, la cerveza de los monasterios, los nombres de pueblos, montañas y hasta países, y tantas y tantas costumbres ligadas a las fechas clave del año litúrgico sin que nos apercibamos de ello. Y conocer y disfrutar de este inmenso bagaje no implica para nada tener fe, ser creyente.

Por esto mismo la religión, en nuestra cultura el cristianismo, debe ser protegida y trasmitida como un bien cultural esencial, sin el cual no podríamos entender nuestra propia cultura, no podríamos entendernos a nosotros mismos. Y es lo que ya nos está pasando.

La fe es otra cosa. El conocer la religión y su presencia, a menudo inadvertida, en nuestra vida no implica tener fe. Tener fe sí nos lleva a conocer y practicar la religión, pero eso es algo personal que a nadie se le puede imponer jamás.

No señores, no. No me confundan la gimnasia con la magnesia. ¡Qué atrevida es la ignorancia! ¡Que cegadores los prejuicios! ¡Qué triste el resentimiento! 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario