Casualidades casuales. Coincide el primer año del
gobierno de Rajoy, con la no-paga extra de Navidad de miles y miles de
españoles, yo entre ellos; paga que a algunos nos servía para darnos alguna alegría y a otros
muchos, tan sólo para poder seguir simplemente viviendo. Conozco gente que no
sé cómo se lo va a montar.
No soy lo estúpido o lo cínico, o ambas cosas, que
hay que ser, para exigir a Rajoy, que en un año arregle lo que Zapatero reventó
en ocho. Es de sentido común. Y ya sé todos los "bla, bla" que los incondicionales
del “antiguo régimen” dirán ante este planteamiento. Pero dos y dos son cuatro,
aquí y en Madagascar.
Ahora bien, también sé que durante esos ocho años,
todos, sin distinción de color, despilfarraron. Y despilfarraron lo que no era
suyo, lo que era nuestro y ahora lógicamente no nos pueden dar.
Pienso en lo que costaría montar un Ministerio de
Igualdad, para luego desmontarlo, claro, porque era una simpleza y una majadería;
así no se llega a la igualdad. O cambiar todas las señales de máxima 120, para
luego volverlas a cambiar. ¡Bonito experimento! PSOE
Pienso también en el aeropuerto de Castellón, donde
sólo aterrizan los pájaros, la
Ciudad de la Luz
de Alicante o el Ágora de Valencia, instalaciones carísimas y poco útiles o
inútiles del todo. PP.
Y hay más, mucho más que todos conocemos… y lo que no
conocemos. Y claro, ahora no hay paga extra. ¿Cómo va a haberla? Pero ¡ojo!, a esto
no se ha llegado en un año como he dicho antes; el estado del bienestar, que
dicen, no se está destruyendo sólo en este último año.
Lo que más me irrita es que muchos de los
responsables de todo esto sigan en sus cargos, en sus despachos, o en los
despachos de sus amigos, sigan con sus conferencias, sigan viviendo como
pachás, bien cebados por la sangre que nos han chupado a todos.
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