FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 12 de julio de 2015

Descubriendo el Pirineo. Las primeras cimas pirenaicas de Juan.

Un cielo gris y bajo arropaba al valle esta mañana. Hacia fresco, y Viella dormía aún en calma cuando hemos salido rumbo al sur. Sabíamos además que, por encima de las nubes, las montañas más altas estaban ya bañadas por el sol limpio de la mañana. Y eso hacía, si cabe,  más difícil la partida.
Han sido cinco días intensos. Isabel y yo hemos disfrutado de “enseñarle” a Juan un poquito de esa tierra que tanto amamos. Y Juan nos ha correspondido disfrutando de ello y compartiendo con nosotros su disfrute. ¡Qué bien se está aquí!, ha sido una de las frases más repetidas estos días.
Empezando con un atardecer sobre el valle desde una humilde cima, pasando por dos ascensiones, la primera iniciada en la niebla para salir después sobre un espléndido mar de nubes, y acabando con un paseo tranquilo al bucólico Montgarri, los Pirineos se han dejado contemplar. No siempre pasa, esta vez sí.
Por lo demás, el buen comer, la amable conversación, el fresquito agradabilísimo y algo de turismo, para completar cada jornada, han hecho de estos cinco días un viaje delicioso, que concluyó ayer con la misa que Juan concelebró con el párroco de Viella, una agradable cena en un muy buen barete de la plaza, el Urtau, y una copichuela en una de esos rinconcitos araneses de piedra, madera, velitas... 

NOTA : Certifico que Juan está fortachón. Ha subido seis cimas, el Tuc de Banhiblar, el Montcorbison, el Letassi, el Tuc d´Arrés, La Trona d´Arrés y el Tuc d´Aubás.

Empezamos por el bosque de la Baricauba, verde y fresco.
Y fresco se estaba también junto al torrente de la Artiga de Lin.
Luego vimos atardecer sobre el valle, desde el Tuc de María Casterás.
El miércoles subimos al Pic de Banhiblar, donde no vimos nada, pues un frente nuboso envolvió las montañas.
Así que nos fuimos de turismo a Luchon.
Al valle de Torán, 
Y a Bausén, donde visitamos la tumba de Teresa. *
El jueves subimos el Montcorbison, al principio envueltos en niebla.
A media ascensión salimos por encima de loa nubes, ¡espectacular!
Y llegamos a la cima bajo un cielo azul perfecto.
Del Montcorbison fuimos al Letassi. El macizo de la Maladeta nos vigilaba blanco y altivo.
Por la tarde, en el parque faunístico vimos muchos "bichos", entre los que destacaron  los osos y sus "monadas".
El viernes, día azul desde el principio. Tres cimas, amplios panoramas.
En una de ellas, la Trona de Arrés, vimos de muy cerca a los buitres.
Y en el Tuc d´Aubás, contemplamos, una vez más, el macizo de la Maladeta entero,
macizo en el que destaca el Aneto, el más alto de la cordillera.
Esa tarde, ya tarde, visita, solos, al Salt del Pish y la Ribera de Varradós.
Cascada, lago y...
Una vez más, al sur, la Maladeta iluminada por las últimas luces del día.
Y el sábado, excursión a Montgarri, encantador rincón a orillas del Noguera Pallaresa.


* La historia de Teresa podéis leerla en este mismo blog, en la sección historias y leyendas, con el título Teresa y Francisco: una historia de amor.

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