La
breve lluvia de esta noche ha dejado las hojas del pequeño roble, que hace ya
unos años tenemos en casa, cubiertas de gotitas que, a modo de perlas, reflejaban
la luz limpia de la mañana. Estaba realmente precioso. Muy digo de ser
contemplado y de ser fotografiado. Ha sido como un bonito regalo de buenos
días.
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