FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 16 de agosto de 2018

El Parque Nacional de Ordesa cumple cien años.

Hoy se celebra en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido el centenario de su creación. Quiero en esta entrada celebrar el evento compartiendo algunas de las fotos que hice este año, el último día de junio, en el valle de Ordesa, origen del actual parque.
Tuvimos la inmensa suerte, mi amigo Pepe y yo, de poder recorrerlo solos, sin ver a nadie, hasta la Cola de Caballo. Regresamos por la Faja de Pelay y bajamos por la senda de los Cazadores para acabar, comiendo muy bien, en el restaurante de la pradera. En el regreso ya vimos gente, pero sin agobiar.
Imagino que hoy, autoridades de todo tipo harán sentidos parlamentos adecuados para la ocasión. Y espero que la tormenta que habrá habido esta tarde haya limpiado el aire de las palabras huecas y tontas que probablemente lo habrán ensuciado.
Porque estoy convencido de que habrán dicho muchas tonterías y seguro de que no se habrán atrevido a poner el dedo en la llaga. A saber, la sostenibilidad de los espacios naturales.
Cierto que en el parque se controlan bastante las actividades potencialmente agresivas, pero no todas. Y en los alrededores desde luego que no. En el mismo parque, el sendero que sube al Balcón de Pineta, por ejemplo, está reventado por esa legión de deportistas, que no montañeros, que suben y bajan a lo recto para batir sus patéticos records y entrenar para las carreras de montaña tan de moda y tan agresivas con el entorno natural, tan inaceptables desde la sostenibilidad. Y si esto lo hacen en el parque, no digo fuera de él.
En los alrededores, las bicis de montaña rompen en pocos años senderos centenarios, pero como "se divierten" y son políticamente correctos… Hay ayuntamientos, como el de Bielsa, que abren al público pistas forestales que llegan a lugares limpios y solitarios hasta ahora, sin más control que depositar tres euros en una maquinita.
Todo esto y más envuelto en una publicidad engañosa y excesiva para atraer a cuanta más gente mejor. Dinero fácil. Aglomeraciones, basura, accidentes (que se lo digan a la Guardia Civil) y la vulgarización de aquella hermosísima tierra, la ruptura de un ecosistema que sobrevivió a los siglos cuando sus elementos eran la montaña y los montañeses. Que se enriqueció cuando en el ecosistema entró el montañero. Y que ha entrado en franco deterioro cuando se ha enseñoreado de él el turismo masivo y, en estos últimos años, los deportistas, a pie o en bici, los más letales.
Cualquiera tiene derecho a ir a la montaña. La cuestión es cómo va, y a qué va. Es cuestión de medida y de sentido común. Y eso se ha perdido. Por eso, ante este panorama, esta celebración de los cien años del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido resulta algo, cuanto menos, agridulce tirando a agrio.

































No hay comentarios:

Publicar un comentario