Me
dice Facebook que hoy es tu cumpleaños, Miguel Ángel. Primero que todo, muchas
felicidades, primo del otro lado del Atlántico. Y en segundo lugar, a modo de
regalo, voy a compartir contigo y con quien lea el blog, el entrañable recuerdo
que tengo de tus abuelos, Pepe y Patro, mis tíos abuelos.
Hice
yo la mili en Madrid, en la División Acorazada Brunete, en el Goloso; en
concreto en artillería. Fue una mili con todas las de la ley. Muchas maniobras,
guardias, refuerzos, cocinas, imaginarias, acuartelamientos y hasta un golpe de
estado. Una excelente relación con los compañeros y con los mandos suavizó la
experiencia.
Y aquí
entran tus abuelos. Me acogieron durante aquel año como a un hijo. Los
domingos, que no tenía faena en el cuartel, me esperaba tu abuelo en Chamartín, a
donde llegaba el autobús, y hasta la hora de comer me enseñaba rincones de
Madrid, mientras tu abuela preparaba unas comidas absolutamente espectaculares.
Lo mejor de lo mejor. Y allí, en su coqueto pisito, comíamos, en agradable
conversación, la mar de a gusto los tres.
Después
una siesta, pasé mucho sueño aquel año, en la habitación que siempre tuvieron
dispuesta en casa para su hija, tu madre. Y luego me acompañaba en el metro a coger el
autobús que, desde la estación de Chamartín, me dejaba en el cuartel a la hora de
retreta.
De
verdad que tengo gratísimos recuerdos de aquellos días pasados con mis tíos
Pepe y Patro, tus abuelos, y de verdad también que nunca les estaré lo
suficientemente agradecido por aquellos domingos de bonitos paseos, de agradable charla
y de excelente comida. Eran como el reposo del guerrero, como un oasis en el desierto.
Valga
como te he dicho este entrañable recuerdo y el cariño que tuve y sigo teniendo
a tus abuelos, como regalo de cumpleaños.
¡Un
abrazo!
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