Creo
que no había tenido tan “abandonado” el blog desde que lo inicié, pero la causa
no es mala sino más bien lo contrario, el no tener tiempo.
Y es
que yo, para escribir, necesito tiempo, calma, ordenar las ideas, y este verano, aunque tengo muchos ratos de calma y las ideas bastante ordenaditas, no
encuentro tiempo para sentarme ante el ordenador.
Alguien
me dijo, y es muy de agradecer, que muy bien que descansara, pero que no lo
dejara porque le sirve. Y a mí también, también me sirve, y por aquellos a los
que les pueda servir para algo y por mí mismo, no llevo intención de dejarlo.
Lo que
me está sucediendo es lo que le puede ocurrir a un embalse que cierra sus
compuertas y al que sigue entrando agua. Se va llenando, llenando y llenando…Y abrimos
compuertas o soltamos agua por algún aliviadero, (y nunca mejor dicho), para
que no reviente.
Y eso
es esta entrada, un aliviadero.
Tengo
muchas cosas sobre las que escribir. Esbozo algunas de ellas a continuación en
espera de poder desarrollarlas.
-Maravillosas
ascensiones, sin ver a nadie en todo el día, en un Pirineo lleno de gente. Eso
es posible.
-Encuentros
al amanecer con sarrios, corzos, marmotas, águilas, buitres…
-Mi
cima 3000, con Isabel y nuestro amigo José Luis. Cima humilde pero enormemente
significativa. Día inolvidable.
-Desagradables
espectáculos de abusos que amenazan gravemente el medio ambiente y ante los que
las autoridades miran a otra parte.
-Casual
encuentro con un individuo de esos que salen en la tele y al que me hubiera
acercado, no para pedirle un autógrafo, sino para soltarle un sopapo.
-La
experiencia de ser discriminado en un restaurante por ser español. Muy
interesante.
-Una
foto, vista por casualidad, del presidente del Gobierno en bañador mientas los
médicos se han quedado sin vacaciones.
-Los continuos, ridículos y patéticos ataques al lenguaje, consecuencia directa de la incultura y el fanatismo.
-El
mapa del COVID en Europa, con España en rojito. ¡Y es que somos los mejores!
-Gente
justificando los excesos de la juventud porque "están perdido sus mejores años".
Como si nadie más perdiera nada y fuera verdad eso de que "son sus mejores años".
-Hosteleros
agobiados, cansados, asustados, poniendo al mal tiempo buena cara.
-La voz del papa Francisco, voy que clama, no en el desierto, sino en medio de una estruendosa algarabía irracional y vacía de sentido.
Y
mucho más, muchísimo más. Tengo el embalse lleno, por eso escribo esto, para
“aliviar” un poco. A ver si encuentro huecos para ir abriendo compuertas.
Por cierto, este calor de hoy durará poco. A Dios gracias.
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