FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 10 de octubre de 2022

Tarde lluviosa y gris de otoño.


 

Muy grata me resulta esta tarde lluviosa y gris de otoño. La he esperado durante mucho tiempo y con muchas ganas. El patio mojado, con sus plantas brillando en la luz suave del día que se va envuelto en nubes y agua es, en este momento, un delicioso remanso de paz.

Como le decía Juan Ramón Jiménez a Platero, los días de lluvia, “Llueve. Hoy no vamos al campo, es día de contemplaciones”. Sí, y yo contemplo, hacia dentro de mí mismo, momentos de mi vida que gustan de tardes como estas para hacerse presentes.

Recuerdo con cariño y nostalgia, cuando en clase de lengua, allá en los benditos tiempos de la EGB, muchas veces, las tardes de lluvia interrumpía lo programado y les invitaba a mirar por la ventana y a escuchar ese poema de Machado titulado Recuerdo infantil. Y les hablaba del poema, del poeta, de la lluvia…

Yo recitaba, despacio, mirándolos a ellos, la lluvia en el cristal, el pueblo y la montaña envueltos en brumas, el cielo gris. No leía, recitaba y gozaba el momento. ¡Te lo sabes de memoria!, decían.

Ya queda aquello muy lejos, pero fue hermoso, y recordarlo me gusta. Eran otros tiempos, y aunque no quiero caer en la tentación de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, en educación sí digo con absoluta convicción que aquellos tiempos sí fueron mejores.

Pues por aquellos tiempos, por mis alumnos de entonces, por la poesía, por la lluvia, a modo de brindis comparto en el blog, una vez más, el poema de Antonio Machado, Recuerdo infantil.

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de lluvia tras los cristales.

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Es la clase. En un cartel

se representa a Caín

fugitivo, y muerto Abel,

junto a una mancha carmín.

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Con timbre sonoro y hueco

truena el maestro, un anciano

mal vestido, enjuto y seco,

que lleva un libro en la mano.

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Y todo un coro infantil

va cantando la lección:

«mil veces ciento, cien mil;

mil veces mil, un millón».

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Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de la lluvia en los cristales.


2 comentarios:

  1. Querido Jesús:
    No frecuento las redes sociales, más bien no me apetecen. Pero cuando el tiempo sobra y por casualidad te encuentro, te leo. Me gusta lo que escribes.
    Un abrazo.




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    1. Gracias y disculpa que responda tan tarde a tu comentario. Es que se me olvida demasiadas veces ver los comentarios, y me da raiía porque parece que los desprecie, y no es así.

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