FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Pensamientos en el Día del Cristo.


Hacia los dieciséis o diecisiete años me encontré, no recuerdo muy bien cómo, con Teilhard de Chardín. Bueno, con su obra. Y aquel encuentro fue determinante en muchos aspectos de mi vida.
Pierre Teilhard de Chardin fue un jesuita francés, además de paleontólogo y filósofo, que dedicó su vida a la investigación y a intentar encontrar el sentido último del universo, de la vida y del hombre.
En plena adolescencia me impactó. Compré y leí casi todos sus libros que aún conservo. Recuerdo cómo me abrió la mente en muchos aspectos y cómo gocé descubriendo un sentido al universo.
Hoy, día del Cristo, quiero compartir, de un modo sencillo, uno de los “descubrimientos” que hice leyendo aquellos libros.
Piensa Teilhard de Chardin que Dios Padre, de alguna forma, crea el cosmos. A eso le llama cosmogénesis. En ese cosmos, en algún momento, surge la vida. A eso le llama la biogénesis. Y en el seno de la vida, tras miles y miles de años de evolución, surge la inteligencia, lo que llama noogénesis, el hombre, capaz de reconocer a su propio creador. Y es entonces cuando en un momento de la historia, ese Dios Creador se hace hombre en Cristo. A esto le llama la cristogénesis.
Fijaos. El universo tiene un sentido. Desde el principio de los tiempos hay trazado un camino: lo inmaterial, la vida, el hombre, Cristo. Y un destino: el encuentro definitivo de la creación con Dios Padre, con Dios Creador, en la consumación de los tiempos, en la Parusía. Y la fuerza que ha movido todo esa larga, larguísima evolución, es el amor de Dios.
En la noche de Pascua, el sacerdote prepara el cirio pascual diciendo:
“Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos”.
Cuando cada año escucho estas palabras, recuerdo la hermosa forma de entender la creación entera y la historia, de aquel hombre de fe y de ciencia.
Cristo. El Cristo. La última etapa de la evolución. Él, a través de su muerte y resurrección, lanza a la creación entera a ese futuro, situado más allá del tiempo y del espacio, donde ya no habrá “ni muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor” porque lo de antes habrá pasado. Sí, Cristo da sentido pleno a todo lo creado. Una razón de ser al hombre, una dirección a la historia, una justificación al universo entero.
Teilhard de Chardin vivió entre los siglos XIX y XX. Ni qué decir tiene que su forma de armonizar ciencia y religión, en aquel momento, le produjo serios problemas con la Iglesia y el desprecio de parte de la comunidad científica. Pero el tiempo pone todo en su sitio. Ya Juan Pablo II habló de él llamándole hijo preclaro de la Iglesia, y hoy en día, se reconoce el valor de su labor como paleontólogo y como filósofo.
Murió en Nueva York, el domingo de Pascua de 1955.

1 comentario:

  1. yo tambien e leido varios libros de el soy un gran fan cancer de estomago el dia anterior asu muert lo paso de marcha con jovenes ademas manejaba muy bien la gitarra y tenia buena voz nadie le noto nada llego acomer con los chavales el solo sabra la musica que llevava por dentro cro que telo he con tado al gunavez la noticia de su muerte co al go de poco valor eso me ha validocomfir en el

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