Puedo
decir que no llegué a conocerla aunque la tuve en la lista de 1º C todo el
curso pasado. Sólo un día disfruté de su presencia en clase de lengua, y
recuerdo que fue muy participativa.
Ahora
está ya en la Casa del Padre, feliz para siempre, libre, inmensamente libre de
cualquier atadura, de cualquier limitación, de cualquier dolor. Es nuestra fe.
Queda
aquí el hueco, el vacío, en todos aquellos que pelearon codo con codo, con Carla,
contra la enfermedad, a lo largo de su corta vida. Y la pregunta ¿por qué? El
misterio de la muerte, el misterio de la Cruz, y la esperanza, a menudo
difícil, angustiosa, dura, de que ése, precisamente ése es el camino, el único
camino a la Vida.
En
situaciones y momentos como éstos, pienso que lo mejor es el silencio y la
oración, pero me costaba no decir nada en el blog en recuerdo de Carla.
Que
desde el abrazo de Dios, nos dé esperanza a todos, y ayude mucho, sobre todo, a
los que más llorarán su ausencia.
¿EL MISTERIO MÁS GRANDE? LA MUERTE. |
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