Tiene
el poniente mucho de desagradable y peligroso, pero lo que no se le puede negar
es que deja unos cielos únicos. Hoy mismo, desde “Les Mamelles”, el espectáculo
era impresionante, muy digno de ser contemplado al resguardo del viento.
Y así
es como he hecho esta foto, entre otras muchas, que comparto. Un arco iris
junto a la Mola de Segart, de inconfundible silueta, y llena de muchos y gratos
recuerdos para mí.
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