Justo a la izquierda del castillo se observa una zona quemada. Imaginad el desastre que podía haber sido. |
He ido
esta mañana a ver cómo estaba el Oronet y alrededores después del incendio de
ayer. De entrada me ha tranquilizado que el asunto no era noticia, pero aun así
quería verlo con mis propios ojos.
Para
eso he subido a una montaña de Náquera que queda justo enfrente. Como ascendía
por la cara sur no se vería nada hasta alcanzar la cima. Y la he alcanzado con
miedo a lo que me pudiere encontrar.
¡Menos
mal! El fuego se quedó muy bajo, relativamente cerca de la carretera; no subió
demasiado montaña arriba. Por lo que el panorama que he visto no era el de una
catástrofe forestal.
El
buen hacer de los equipos de extinción, junto a la humedad, el frío y la
ausencia de viento han evitado el desastre en una de las zonas más bonitas y
emblemáticas de toda la sierra Calderona.
Iré a verlo más de cerca un día de estos. Hoy aún
estarían trabajando para apagarlo del todo y evitar rebrotes.
Después del susto, y de la herida en el monte que quedará
para años, me hago dos reflexiones. Una, lo vulnerable que es nuestro medio
natural. Y la otra, la necesidad de un plan integral de protección de nuestros
montes, a largo plazo, y muy por encima de los vaivenes políticos.
Lo de la vulnerabilidad no tiene más misterio, es un
hecho demasiadas veces corroborado. Lo del plan integral más allá de… Es una
utopía.
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