FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Dijo, no son bienvenidos.


 
Puente militar sobre el Turia, en Ribarroja.

No consigo quitarme de la cabeza las palabras que dirigió a unos militares una individua de cuyo nombre no quiero acordarme, alcaldesa de una importante ciudad española, y digo española con todas las de la ley; nunca mejor dicho.

Era como una feria de profesiones a algo así. Los diversos estands ofrecían información a jóvenes y adolescentes para orientarles en ese momento de sus vidas en el que tienen que tomar importantes decisiones faltándoles a menudo información y madurez para tomarlas. Loable y útil iniciativa.

Pues bien, la susodicha señora les dijo a los militares en cuyo estand informaban de las múltiples salidas profesionales que el ejército ofrecía, que no eran bienvenidos allí. Recuerdo la escena. Ella diciéndoselo con una cínica sonrisa de superioridad. Ellos manteniendo el tipo ante el desplante con medida discreción. Los periodistas no perdiéndose detalle para informarnos después cada uno según la servidumbre política del medio en el que trabajan.

Y no me quito de la cabeza aquella escena porque veo día tras día la impresionante labor que está haciendo el ejército en Valencia desde que le dejaron intervenir, intervención que atrasaron los sucios juegos políticos que se desencadenaron desde el primer momento de la catástrofe.

Rescatar gente, buscar desaparecidos, construir puentes, abrir carreteras, limpiar calles, y un sinfín más de tareas que solo ellos con sus medios y su organización pueden hacer con la máxima eficacia. Fueron una pieza clave en los momentos más duros y lo están siendo en la reconstrucción.

Claro que sueño con un mundo donde no hicieran falta los ejércitos, ningún ejército, pero entonces tendríamos que inventar algo muy parecido. Mientras tanto nos hacen falta; a la vista está.

Nos hacen falta, por lo menos, para defendernos de los golpes brutales que la naturaleza nos da de vez en cuando y ayudar a reconstruirnos después de ellos. O los que podemos darnos nosotros mismos. Y para defendernos también, y esto es triste, de posibles agresiones de países dirigidos por mala gente.

¡Ojalá que esto último no tengan que hacerlo nunca! ¡Ojalá! Pero el mundo no es el país de las maravillas de Alicia. Y actuar como si lo fuera es simplemente estúpido, señora alcaldesa.

Por tierra, mar y aire los vemos cada día trabajando para que Valencia pueda volver a ser lo que era. Helicópteros, camiones, excavadoras, palas y todo tipo de vehículos son ya habituales en nuestros pueblos y carreteras. Y esto solo debe llevarnos al reconocimiento y la gratitud. Además, quizá el ver esto, a más de uno le haga reflexionar sobre la idea que tenía de nuestro ejército.

Pienso, y acabo ya, si aquella señora hubiera tenido el cuajo de decirles que no son bienvenidos en el caso de que esta catástrofe se hubiera dado en la ciudad de la que ella era alcaldesa.


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