Conocéis el cuadro ¿verdad? Según la ecuación, el hecho ya no es rentable. Los franceses pueden estar tranquilos. |
Se acerca el 2
de mayo y se me ocurre que podríamos celebrar tan marcada fecha (cuyo
significado desconoce la mayoría de nuestros actuales alumnos, dicho sea de
paso) de dos maneras distintas e incompatibles entre sí, desde luego. Hay
que elegir. Por eso lo digo con tiempo. Veámoslas.
Primera propuesta.
Nos ponemos de acuerdo cada 500 ciudadanos, cosa harto difícil en este país, buscamos
un francés, o una francesa, hay que ser "lingüísticamente" correctos, y al grito
unánime de ¡Agustina! ¡Agustina!, nos abalanzamos,sobre él, o ella, y lo
liquidamos o la liquidamos. Por sorpresa, sin compasión, henchidos en amor
patrio. Después, sobre sus despojos aún calientes y sanguinolentos,
representantes del pueblo, previa y democráticamente elegidos, deben inundar el
aire con hermosos discursos llenos de emoción por los caídos, admiración por
Agustina y satisfacción por hacer justicia a la memoria.
Segunda propuesta.
Hacer algo parecido a lo que hicieron en el precioso pueblo de Hecho, en el
Pirineo aragonés. Lo cuento. Aquel verano, el de 2009, hacía 200 años que el
ejército francés, cruzando las montañas, cayó sobre el pueblo provocando una
gran matanza y la casi total destrucción. Para conmemorar tan terrible
acontecimiento, ondeaban en el balcón del ayuntamiento y en las calles del
pueblo las banderas de ambos países. Al caer la tarde, en la plaza, franceses y
españoles juntos, guardamos unos minutos de silencio, mientras manteníamos
encendidos mecheros y candelas. Las campanas de la iglesia tocaban a muerto. No
hubo discursos, no hubo palabras. Solo luz, silencio y el tañer de las campanas
en la calma de un anochecer de verano. El sol se ponía tras las montañas en paz.
Las dos banderas ondeaban juntas.
Me imagino que
todo el mundo estará de acuerdo en celebrar el 2 de mayo según la segunda
propuesta, claro. Es que de aquello ya hace mucho tiempo. La memoria histórica
no llega tan lejos.
Pero yo me
pregunto, ¿dónde está la ecuación que nos permite encontrar el número que marca
el límite entre recordar de una u otra manera los acontecimientos históricos?
¿No será HH=RP? Sí, yo creo que es ésta la ecuación. Cuando el hecho histórico
es igual a rentabilidad política, hay que hurgar en él, hozar en el fango del
odio, la revancha, la venganza, la violencia. Mantener la herida abierta.
Aunque hipotequemos el futuro.
Decía Antonio
Machado: “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, que una de las dos
Españas ha de helarte el corazón” Y al fin, en un terrible verano, se heló el
corazón de España entera. Y el poeta ya lo había advertido; lo dijo a
principios del siglo XX.
Principios del
siglo XXI. Esa triste y vieja herida parece ser que sigue siendo rentable. Lo
dice la ecuación. Hay que hacer que siga abierta, supurando.
Yo, por mi
parte, me quedo con lo que viví en Hecho. Las dos banderas ondeando juntas, asumiendo
el pasado, no olvidándolo, superándolo. ¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que
ondeen juntas las dos Españas mirando al futuro?
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