Esta pasada Pascua, tras celebrar la Vigilia Pascual , con el hambre
que se tiene hacia la una o las dos de la madrugada si no se ha cenado todavía,
disfrutamos de una caldereta de cordero que habíamos guisado tranquilamente
durante la tarde. Entró muy bien, y además, como había reposado y con las horas le habíamos "hecho sitio", pues entró mejor todavía. Ahí va la receta.
Ingredientes
para 6 personas.
Dos
paletillas de cordero. (Pídase en la carnicería que las troceen para caldereta).
Unos
doscientos gramos de jamón con tocino y corteza.
Un
bote de tomate triturado.
Una
cebolla.
Una
cabeza de ajos.
Medio
litro de vino blanco.
Una
cucharada de harina.
Aceite
de oliva.
Pimienta
en polvo.
Tres
o cuatro pastillas de caldo de carne.
Dos
o tres hojas de laurel.
Caliéntese el aceite y dórense los
ajos. Sáquense luego y resérvense. Añádanse al aceite los trozos de cordero
hasta que queden también doraditos y suelten parte de sus deliciosos jugos.
Entonces sáquense y resérvense.
Añádase ahora al aceite calentito y
jugoso, la cebolla picada, el tomate, y el jamón troceadito y sofríanse bien. Cuando ya estén bien
sofrititos, introdúzcanse los ajos y la carne que habíamos reservado.
Tras removerlo todo, espolvoréese con harina, y
añádase el vino y el agua hasta cubrir la carne. Es este el momento de añadir
las pastillas de caldo, la pimienta y el laurel.
Cuézase removiendo de vez en cuando hasta que reduzca
y quede un caldito espeso y… delicioso. Una hora más o menos a fuego medio.
Es importante que repose un buen rato antes de
comérselo. Y otra cosa; yo suelo hacer este guiso con fuego de leña. Es más
“rústico”. Pero sale muy bueno de cualquier otro modo.
Con buen pan (el caldito hay que “sucarlo”) y buen
vino, el plato es exquisito.
¡Buen provecho!
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