FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Venid a mi los que estáis cansados.


A la izquierda se ve el monje, a la derecha la torre donde sonaban las campanas.
Una tarde mustia de invierno regresaba yo de un paseo por la sierra, cuando los tañidos claros y limpios de las campanas de la Cartuja de Portacoeli, llamaron mi atención. Me detuve para escucharlas mejor en el silencio del monte, contemplando el magnífico edificio. Y allí, en un rinconcito lo vi; allí estaba, un monje con su hábito blanco.
El momento fue especial. Aquel hombre, el monasterio, las montañas, los pinares antaño frondosos, el silencio de la tarde, la luz que declinaba, el tañer de las campanas… Sentí una repentina sensación de paz. Intuí otras formas de vida tan diferentes a las nuestras, que el contraste resultaba incluso violento.
Me quedé un buen rato, hasta que cayó la noche. Por algunas ventanas se veía luz. Imaginé que pronto se reunirían para el rezo de vísperas. A lo lejos, hacia el sur, el resplandor de Valencia iluminaba el cielo, bajo por las brumas del mar.
Muchas veces me acuerdo de aquella tarde. Sobre todo cuando me canso, me agobio, me hacen daño a mí o a la gente a la que quiero, cuando la paz parece irse como el agua entre los dedos y no sé cómo retenerla. Entonces me acuerdo de aquella tarde. Y recordándola, la tengo muy viva en la memoria, me hace bien recitar estos dos textos de la Biblia:

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

Salmo 130

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mí yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Mateo 11

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