Y
sigue sin llover por estas tierras valencianas. Bien distinto al verano
pirenaico, fresco, húmedo, delicioso. Y esto, claro está, tiene sus
consecuencias.
Consecuencias
maravillosas. Este verano ha sido en Pirineos una larga y espléndida primavera.
Los prados muy verdes, flores por todas partes, mucha agua, y los bosques, umbríos,
llenos de setas, uniendo en extraña combinación la primavera con el otoño.
¡Qué
tierra bendita! ¡Cómo entiendo a Russell, el Señor Conde, cuando después de
recorrer el mundo entero se quedó en los Pirineos a los que dedicó toda su
vida!
Comparto
con vosotros unas fotos muy primaverales hechas en agosto y el enlace a un vídeo cortito de una magnífica tormenta de esas que tanta falta nos hacen en el
verano de Valencia, tomado desde un apartamento de Bielsa.
Enlace al vídeo Tormenta en Bielsa.
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