Un momento después del asesinato. Oscar Romero acababa de entregar su vida. |
En mi reincorporación a la vida cotidiana me han
sorprendido desagradablemente un buen puñado de noticias, pero ha habido una
que me ha alegrado un montón; la del desbloqueo del proceso de beatificación de
Monseñor Oscar Romero.
Un nuevo regalo del Papa Francisco, un acto de
justicia que reconcilia a la
Iglesia con su misión en el mundo, que la hace avanzar por el
camino de la coherencia con el Evangelio.
Mucha gente en Europa no conoce hoy en día a Monseñor
Romero, San Romero de América, como le conocen al otro lado del Atlántico.
Allí, el pueblo ya hace tiempo lo hizo santo.
Para mí fue y es una persona muy importante. Cuando un 24
de marzo lo asesinaron en El Salvador, de un tiro en el corazón, en plena Eucaristía,
unos momentos antes de la
Consagración , corría el año 1980 y yo disfrutaba de mi primer
trabajo remunerado como profesor de religión en el Colegio Santo Cáliz de
Valencia. El hecho me impactó, me ayudó mucho a profundizar en mi Fe y a darle
esa dimensión de compromiso con la libertad y la justicia que nunca he perdido.
Recuerdo incluso que mi modo de trasmitir aquellos
acontecimientos a mis alumnos me creó ciertos problemas de los que salí
fortalecido en muchas de mis convicciones, a la vez que gocé intensamente del
apoyo y la solidaridad de gran parte de mis compañeros, de la dirección del centro
y del arzobispado, incluso del propio Señor Arzobispo, por entonces Don Miguel Roca
Cabanellas.
Por esto, y por muchas más cosas me alegra la
noticia. Huele a coherencia con el Evangelio, y eso siempre alegra, alegra mucho.
Para quien conozca poco o nada a Oscar Romero, acabo
transcribiendo lo que dijo en una homilía el día antes de que lo asesinaran,
homilías que se trasmitían por la radio diocesana a todo el país. Era domingo,
23 de marzo. Acababa de entrar la primavera.
Leedla atentamente. Es impresionante. Es Evangelio en
estado puro, encarnado valientemente en la vida de los hombres. Es el Evangelio
transformando la sociedad y liberando a las personas del dolor y de la muerte
en el nombre de Dios.
Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto a las bases de
Nuestro vídeo musical en honor a Romero, mientras aguardamos con esperanza por su beatificación http://youtu.be/DQkLKLnKDrU
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir el vídeo. Lo pondré en mi blog para que la gente lo conozca.
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