Esto también me aburre... |
Vaya por delante que yo nunca he sido competitivo.
Más aún, no entiendo la competición como no sea para jugar y entretenerse. Y no
hablo solo del ámbito deportivo, sino de todos los demás ámbitos de la vida.
Pienso que la única competición con sentido es la que
podemos establecer con nosotros mismos. Citius,
altius, fortius, o sea más rápido, más alto, más fuerte... que yo ayer. Eso sí
me gusta. Ahora, ser más rápido, más alto, más fuerte que el vecino, pues qué
queréis que os diga. Mientras no sea más que un juego, pues vale. Si el personal se divierte...
Por eso me aburren los concursos, las competiciones,
los partidos de lo que sea…me aburren. Y llevar la competición a ámbitos como
la cocina, por ejemplo, me resulta inconcebible. Que mis tortillitas sean “más
güenas” que las tuyas, pues bien, pues vale. No le encuentro la gracia. Pero no
voy a hablar de esto. Ya le dediqué una entrada hace tiempo a la moda de la competición en
las cocinitas.
Hoy hablo más en general, y a propósito de un vídeo.
Hace años, en unas competiciones escolares, en una carrera
tropezó y cayó uno de los chiquillos, eran pequeñitos, y otro que corría junto
a él se paró y le ayudó a levantarse. Si se me permite la expresión ¡olé tus
huevos, chaval! Para mí, ése es el que ganó la carrera. El entrenador, pobre,
flipaba. Supuse que le aleccionaría adecuadamente.
Pero de esos hay pocos. Desde pequeños ya le
enseñamos a pelear por ser los primeros, por ser mejores que los otros, por ser
más que nadie. ¡Qué estrés!¡Qué innecesarias frustraciones! ¡Cuánta vanidad¡
Pienso que habría que enseñarles, no a ser mejor que
el otro, sino a ser, con el otro, cada día, mejor que yo mismo. Pero bueno, eso
no se lleva.
Por esto fue una bocanada de aire fresco descubrir,
gracias a un amigo, un vídeo de 10 minutos, de Hugo Silva, titulado Disminuir
el paso, y que os aconsejo ver.
Haced un huequecito de 10 minutitos.¡Es precioso!
Para verlo pulsa Disminuir el paso.
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