No sé si lo que sé lo sé, o me están engañando y creo
saber lo que en realidad no sé. Por eso hablo con la extrema humildad de quien
ya sólo se fía del sol, del cielo, del mar, de las montañas y de un puñado de
gente a la que quiero y que sé que me quieren.
Por eso, si mi razonamiento en algo es inexacto o
tendencioso, pido mil disculpas de antemano. Pero es que ayer me sorprendió la
noticia de que el rector de la Universidad
Católica de Valencia había presentado la dimisión al
arzobispo, que no se la había admitido, y que directivos de la citada
universidad revisaban a la baja sus sueldos.
Y ya está. Dimisión no aceptada y sueldos a la baja.
Pero, ¿por qué? Según mis datos, porque alguien había tirado de la manta y se
había descubierto el pastel. Un pastel de lo más “cristiano”. Sueldos
descabellados de los directivos, insultantes en los tiempos que corren y, además,
desproporcionados si los comparamos con los de los “profes” de a pie.
Y por otra parte el hecho, según mis datos, tan
triste como real, de lo caro que resulta cursar allí estudios, cualquier tipo
de estudios. Hecho que impide a todo aquel que no tenga un determinado poder
adquisitivo, ni tan siquiera acercarse por tan “católica” institución.
Y claro, la combinación de ambos factores resulta irritante,
indigesta del todo. Sólo el temor de que esto sea así, tal cual, ¡qué mal deja
el cuerpo!
Dice el segundo mandamiento no tomarás el nombre de
Dios en vano. Y eso es exactamente lo que una institución que se llama
católica, si realmente actúa así, está haciendo. Sí, actuar así es un
escándalo. Dice Jesús en Lucas 17,1-3 “es inevitable que sucedan escándalos;
pero, ¡ay del que los provoca! Más le valdría que le encajaran en el cuello una
piedra de molino y, lo arrojasen al mar, antes que escandalizar a uno de estos
pequeños”.
No afecta para nada a mi fe una historia como ésta.
Hace mucho tiempo que tengo claro que la fe es fruto de un encuentro personal
con Jesús, y que eso está por encima de todo, incluso de la propia Iglesia. De
una Iglesia que ha provocado mucho, muchísimo sufrimiento a lo largo de la
historia, pero que nos ha dado también el bálsamo para cualquier sufrimiento y
la esperanza de una vida para siempre y con mayúsculas.
Y esto es lo que más me duele. Que con la necesidad
que tiene la gente de un dios que le saque del vértigo del vacío y del
sinsentido, que con el dolor sin luz que hay por doquier, actuemos a veces de
tal modo que acabemos ocultando a Dios. Que alejemos a los que no lo tienen
claro del todo. Que alegremos a los que sólo ven nuestra cara más fea y nos
odian, quizá por lo irritante de la incoherencia entre el mensaje de Jesús y lo
que de él hacemos los que nos “vendemos” ante los demás como sus seguidores.
¿Cómo le explico yo esto a un chaval de 16, 17 años
que quiere saber, que quiere entender? ¿Cómo se lo puedo decir a un joven tan
incoherente como necesitado de coherencia y que busca sin encontrar? ¿Cómo
puedo hacer que el escándalo no lo aleje más y más de lo que puede dar pleno
sentido a su vida?
Y si esta historia no es más que una “conspiración
judeomasónica” contra la
Iglesia , ¡que se denuncie! ¡que brille la verdad! Y si
realmente es cierta, que se haga justicia, por el bien de mucha gente…Que no se
eche arena, una vez más, sobre las ruinas, en nombre de la prudencia, para
evitar el escándalo, porque eso, justamente, es el mayor de los escándalos.
Además, situaciones como éstas, chocan frontalmente
con la Iglesia
por la que está peleando el papa Francisco, y con la Iglesia por la que tanta
gente de modo humilde, callado, discreto están dejándose la piel, día a día, en
el mundo de hoy.
Estoy muy de acuerdo con lo que dices. Ha sido llegar el nuevo arzobispo y ha saltado la liebre. Porque sea una fundación sin animo de lucro (vaya ironía) no quiere decir que no hayan corruptos como en todas partes. Son personas, bueno mejor dicho gente de la que le importa un pito la realidad y los principios cristianos a los que representan. La iglesia no la forman los paganos que habitan en el interior de la diócesis de valencia, son las buenas personas que también habrá dentro de la fundación (aunque pocas, parece). El problema es que esta gente va descosiendo la verdad de Jesús, la verdad que buscaba Jesucristo en vida, su verdad. Y simplemente era el obrar bien (nada materialista), la humildad y la sencillez. En resumen; y no me quiero extender porque esto sería como escribir el quijote, quiero decir y digo que deben cambiar muchas cosas en la iglesia igual que en la política, demasiada corrupción, muy poco control y escaso humanismo.
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