Febrero. Domingo de poniente calentito. Avionetas.
¡Mal rollo! ¡Ya estamos otra vez! Ahora Pedralba. El fuego nos recuerda su
presencia en pleno invierno.
Y luego, lo de siempre. Pasado el susto, hasta el
siguiente. “No passa na”. Eso sí, la oposición culpando al gobierno,
olvidándose de que cuando fueron gobierno pasaba exactamente lo mismo, y el
gobierno diciendo que más no se pudo hacer y que lo hecho está bien hecho.
¿Qué ha de pasar para que se den cuenta todos de la
gravedad de la situación? El equilibrio ecológico, por estas tierras, está
roto. El cambio climático, aquí muy evidente y el alejamiento real, que no
formal, de la sociedad y el entorno natural son, a mi juicio, las causas de la
situación.
Por eso es imprescindible y urgente una gestión
global del medio ambiente, que considere el nuevo marco climático, y la actual
forma de relacionarnos con la naturaleza que nos rodea. Y eso es una tarea que
hay que plantear muy a largo plazo, por lo que deberán llegar a un acuerdo, al
menos de mínimos, los diferentes partidos…deberán, deberían, porque dudo que lo
hagan.
Y lo que pasa es que, mientras todo el ecosistema en
el que vivimos sigue desmoronándose, nuestros políticos “de siempre” continúan tirándose los trastos a la cabeza, y “los nuevos” ejercitándose ya en ese "noble arte" de decir
que la culpa la tiene el que gobierna, para luego hacer ellos lo mismo si algún
día gobiernan; ya se ve bien claro que el consenso, desde luego, no es lo suyo.
Y el personal mirando “pa otro lao” declarándose
apolítico, o dejándose embaucar por discursos a menudo sin contenido y que
anteponen, cosa gravísima, lo emocional a lo racional, los prejuicios a los
hechos.
Quien podría disfrutar, y mucho, ante esta situación
(ahora se estila esta coletilla, fijaos y veréis) si estuviera aquí, es Nerón.
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