Receta. Vin chaud o vino caliente.

Después de un paseo así entra de maravilla, pero después de aguantar nuestras ventoleras, también.

Ahora que se nos acerca la semana más fría de este invierno, de momento, y que los modelos meteorológicos de los alemanes anuncian posibles lluvias, a medio plazo, por estas tierras, os propongo una receta propia de climas fríos, muy conocida en Francia y en particular en zonas de montaña.

También es típica en Ecuador, según nos dice nuestro amigo Diego, donde la sirven en los funerales. Pero bueno, no hace falta que se muera nadie para degustar un vaso de tan exquisito y reconfortante brebaje: el vino caliente o "vin chaud".

Ahí van los ingredientes y el modo de preparación.

Ingredientes:

-1 limón.

-2 naranjas.

-1,5 L. de vino tinto. Dos botellas de ¾.

-250 gr. de azúcar.

-50 gr. de azúcar vainillado.

-2 palos de canela.

-2 cucharadas de anís en grano.

-4 clavos de olor.

-1 pellizco de nuez moscada.

Pélense el limón y las naranjas y resérvense las pieles del limón y de una de las naranjas cortadas a trozos medianos. Los gajos de las tres piezas pártanse por la mitad e introdúzcanse en una jarra.

A continuación échese el vino en un cazo, disolviendo en él, el azúcar y el azúcar vainillado. Luego, y antes de que empiece a calentarse, añádanse las ramas de canela y las pieles reservadas. Llévese a ebullición y luego manténgase hirviendo a fuego medio diez minutos, removiendo de vez en cuando.

Pasados estos minutos, añádanse el anís, los clavos y la nuez moscada y manténgase la mezcla quince minutos más a fuego medio.

Para acabar, échese el vino, a través de un colador, en la jarra, donde estarán esperando pacientemente los gajos.

Y listo. Se sirve caliente y está buenísimo. Los gajos también pueden comerse como postre, pues resultan también exquisitos.

Otra cosita. Si no nos lo bebemos todo de una sentada, lo guardamos en un frasco en la nevera y lo calentamos en el microondas para bebérnoslo cuando queramos.

NOTA:
Esta receta la he sacado de internet, de una página que luego no volví a encontrar, y tras hacerla, probarla y darla a probar, puedo decir que vale de verdad la pena.