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hoy una nueva sección en el blog que voy a llamar El tiempo de la semana y que
espero pueda resultar útil, aunque solo sea para hacerse a la idea de lo
que se nos viene encima.
Me
gusta la meteorología como a la mayoría de los montañeros de antes, yo soy de los de
antes, quizá porque, bien como amigo o como enemigo, el tiempo ha jugado un
papel muy importante en mis ascensiones.
Los
datos que manejo para hacer la predicción son básicamente dos. Uno es la
Agencia Estatal de Meteorología, AEMET; otro, la Agencia Alemana de
Meteorología, Wetterzentrale. Uniendo las dos fuentes y mi experiencia del
asunto, suelo acertar bastantes veces, aunque otras, normalmente las menos, me
equivoco.
El
ámbito geográfico en el que me centraré será Ribarroja y alrededores, aunque
cuando sea menester haré referencia a otras zonas, bien porque se puedan dar
fenómenos especiales, o por comparación con lo que pasa por aquí.
Llevo
intención de publicar una entrada semanal el domingo o lunes, y advierto de que
la exposición de las conclusiones a las que haya llegado será muy personal, y
por lo tanto subjetiva. Le pondré una nota al tiempo que va a hacer de cero a
diez; cero será un tiempo asqueroso y desagradable, y diez, una maravilla.
Enseño
pues antes mis cartas. Lo peor que puede pasar, para mí, son los vientos de
componente oeste, sobre todo si son calientes, y la ausencia de lluvia. Lo
mejor, que llueva, que nieve, ya sería el colmo del placer, o que luzca el sol
en una atmósfera en calma y fresquita, como más, tibia.
Así
pues, empiezo por esta semana. ¡Y ojalá me equivoque con lo que voy a decir!
El
viento de poniente nos castigará sin compasión durante toda la semana, unos
días más que otros, alcanzado su punto de máxima “insoportabilidad” hacia la
segunda parte, el jueves y el viernes.
La
lluvia no aparecerá por ningún sitio, y las temperaturas, tanto máximas como
mínimas, serán muy altas para ser enero y febrero. El ambiente será muy seco.
La sensación de frío nos la dará el viento.
Lo
único bueno, la visibilidad, la atmósfera limpia, y los amaneceres y
atardeceres esplendorosos, pero esto no compensará lo molesto y desagradable que
será para mucha gente; para mí desde luego; y lo peligroso para
determinados trabajos al aire libre, y ¡cómo no! para nuestros montes, ya bien
sequitos gracias al pasado e interminable anticiclón con el que acabó el otoño
y entró el invierno.
Es
éste el precio que pagamos en esta zona del Mediterráneo cuando la lluvia y la
nieve riegan el norte y la meseta. A nosotros nos maldicen las borrascas que a
ellos les bendicen.
Por
todo esto mi nota para esta semana es un cero mondo y lirondo, y porque no
pongo notas negativas. Por esto he empezado diciendo, ¡ojalá me equivoque! Pero
a día de hoy es lo que veo.
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