La
primera semana de la primavera va a seguir la tónica del final del invierno.
Cielos despejados, nubes de adorno y no siempre, vientos flojos, a días secos,
a días húmedos, y temperaturas en ascenso. De los 7 y 23 de mañana, último día
del invierno, a los 12 y 26 del sábado, con un ligero descenso el domingo.
Y de
lluvia nada de nada. Ni a corto ni a medio plazo. Y eso es muy malo. Desde el
mes de diciembre hasta hoy han caído 32 litros, y no hay perspectivas de que
llueva en lo que queda de marzo.
La
única esperanza es que la nueva estación haga alguna de las suyas y nos dé una
sorpresa. Pero nada de eso se barrunta de momento, así que tendremos que
conformarnos con que al menos no entren ponientes, pues en el estado actual de los
montes sería extremadamente peligroso.
Lo
dicho, muy mal.
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