Cuando
el otro día entré en la autovía y vi el panel informativo que decía riesgo
extremo de incendio… ¿Qué queréis que os diga? Aunque lo sabía, el verlo allí
escrito en pleno diciembre, sabiendo además que siguen los ponientes secos,
fuertes y hasta hoy calientes, y que hace mucho que no llueve, ni lloverá, me
puso de mal humor, la verdad.
Llegué
a un pueblecito de la sierra a almorzar antes de la excursión y entré en el
bar. Me gustan esos bares. Se come bien y barato, y además le tomas el pulso al
devenir cotidiano del pueblo.
Estaba
casi lleno y se hablaba alto, como es normal por estas tierras. Cerca de mí
desayunaban cuatro señoras mayores, cada una con su móvil, compartiendo fotos y
comentándolas. En la tele, unos señores en pelotas luchaban contra una
naturaleza hostil; nadie les hacía caso.
De
repente oigo alto y claro a una de las señoras decir, "¡Ai!, mireu que cul més
bonic té el meu net". Y a renglón seguido otra añade, "del meu net també tinc una
foto del seu culet". Y la conversación siguió girando durante un rato, entre
risas y otros comentarios graciosos, alrededor de los culos de los nietos de
las señoras, supongo que bebés.
La
situación me resulto simpática y no pude evitar sonreír.
Luego,
andando ya por el monte, pensaba que esto es la vida. Lo trascendente y lo
trivial, lo bello y lo horrible, lo bueno y lo malo, el bien y el mal…, todo
muy junto. Y a nosotros solo nos queda caminar de la forma más digna posible en
medio de una contradicción permanente.
93 días sin llover. Solo 8 litros.
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