Esta
próxima madrugada, a las 4 horas y 27 minutos entrará el invierno. Damos así
portazo a un otoño para olvidar, el peor del que yo tengo memoria desde un
punto de vista meteorológico.
La
sequía extrema, 8 litros en tres meses largos, la persistencia exasperante de
vientos secos, sobre todo ponientes, y las temperaturas más altas de lo normal,
y demasiadas veces mucho más altas, han borrado, de hecho, el otoño.
Así
pasamos de un verano horroroso y larguísimo a un invierno que ya veremos de qué
va, a través de un periodo innombrable de aberración tras aberración climática.
A la
naturaleza que nos envuelve y en la que vivimos le falta agua, y le falta frío.
Esperemos que esta nueva estación nos traiga todo esto y de paso se lleve el
viento seco bien lejos durante mucho tiempo. Sería el mejor regalo de Reyes que
así fuera.
102 días sin llover. Solo 8 litros.
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