Fuimos Isabel y yo un día de estos al cine a ver la
película, basada en hechos reales, Monuments
Men. Nos gustó. Luego, comentándola, coincidimos en que hubo un momento que
nos hizo sentir realmente mal.
No digo nada que estropee la película a quien no la haya
visto, si cuento que en un momento determinado se ve como unos soldados nazis
arrasan a golpes y con lanzallamas un depósito de obras de arte originales,
únicas, irrepetibles.
La secuencia nos resultó dura, desagradable,
irritante. Y luego nos preguntamos por qué. No fue difícil encontrar la
respuesta. Por la educación, por la cultura que a través de mucha gente nos ha
sido trasmitida, y que ahora nos permite gozar y también nos puede hace sufrir.
No somos intelectuales, ni entendidos en arte, ni
ciudadanos de un alto nivel cultural, pero sí hemos entrado en ese ámbito vital
que nos permite emocionarnos, como nos ha pasado estos días, ante el Moisés o la Piedad de Miguel Ángel, los
frescos de la iglesia del Gesù, de Giovanni Battista Gaulli, el Panteón de
Agripa, sencillamente perfecto, o el lugar hoy en ruinas y lleno de gatos,
donde mataron a Julio Cesar.
Y entonces pensamos en nuestra faena, en la inmensa
responsabilidad que tenemos de trasmitir a nuestros alumnos, no contenidos
fríos, de examen, sino esa capacidad de asombro, de disfrute, de gozo que hace
que la vida sea más rica, más honda, más vida.
Ese es el verdadero examen. El alumno que viendo Monuments Men haya sentido esa rabia,
esa indignación, ese malestar al ver cómo ardía un Picaso, por ejemplo, está
aprobado, y con buena nota. Y el “profe”, que haya conseguido eso, podrá dormir
esa noche con la satisfacción del deber cumplido, aunque…no cumpla las
programaciones.
La Piedad, de Miguel Ángel, en la basílica de San Pedro, en el Vaticano. |
El Moisés de Miguel Ángel, en la discreta iglesia de San Pietro in Vincoli. |
Entrada al Panteón de Agripa, en la plaza de la Rotonna. |
Ruinas del lugar donde fue asesinado Julio César, en la plaza Argentina. |
Triunfo del nombre de Jesús, de Giovanni Battista Gaulli, en la iglesia del Gesù. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario